La llegada de la vialidad invernal reduce la movilidad, al tiempo que incrementa los riesgos de circular por las carreteras de la Comunidad Foral. Un análisis de la mortalidad vial registrada en Navarra en todo el siglo XXI revela que entre los meses de noviembre y marzo se registran el 41,67% de los fallecidos en accidente de circulación, o lo que es lo mismo, 16 víctimas mortales al año.

A falta de que concluye el presente mes de diciembre, el estudio pormenorizado, que ha sido confeccionado por la Dirección General de Interior del Gobierno de Navarra, demuestra que en los 23 primeros años del siglo se ha registrado una media anual de 45 muertos en accidente de circulación. En esta estadística sólo se contemplan los fallecimientos ocurridos dentro de las 24 horas posteriores al siniestro.

De los datos recabados por Interior, se infiere que en los meses de noviembre a marzo, los considerados invernales a efectos de vialidad por los autores del informe, se producen el 41,67% de las víctimas mortales de todo el ejercicio, es decir, 16,52. Por su parte, entre los meses de abril y octubre se registran el 58,33% restante, es decir, 29,04 fallecidos.

La evolución en la última década es notablemente a la baja, en comparación con la década previa, ya que en los últimos diez ejercicios en al menos cinco años se produjeron diez víctimas mortales o menos en los meses invernales en Navarra. Esta tendencia a la baja se aprecia en los datos generales, que también experimentan una disminución en los últimos años.

Conscientes de las circunstancias especiales de esta época del año, las autoridades reclaman a la ciudadanía que revise sus vehículos, prestando especial atención a los neumáticos, los frenos, la dirección, el alumbrado, la batería, las bujías y el líquido anticongelante.

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El 'equipo' para hacer frente a la nieve y el hielo en Navarra Javier Bergasa

Asimismo, se incide en la conveniencia de utilizar neumáticos de invierno durante los meses más fríos del año o, si no es posible, llevar siempre las cadenas en el maletero del vehículo. También es necesario asegurarse de llevar siempre los elementos obligatorios de seguridad, estos son los chalecos reflectantes, los triángulos de emergencia o una baliza luminosa (señal V16), y la rueda de repuesto.

Planificar los viajes

En situación de alerta por bajas temperaturas o nieve es conveniente evitar los desplazamientos que no sean necesarios y utilizar, si es posible, el transporte público. Antes de salir de viaje se recomienda informar a otra persona del destino, la ruta y el horario previsto de llegada, así como informarse de la predicción meteorológica y de la situación de las carreteras en la web incidenciascarreteras.navarra.es, o en el teléfono 848 423 500.

También es aconsejable desplazarse de día, por autopistas o carreteras principales y viajar acompañado. Si se usa el propio vehículo, es recomendable llevar neumáticos de invierno o cadenas, pala, cuerda y linterna, el depósito de combustible lleno, el teléfono móvil con la batería cargada, ropa de abrigo, algo de comida y agua, y los elementos obligatorios de seguridad.

Si cae nieve y cuaja, es necesario no salirse de las roderas creadas por otros vehículos. Se debe conducir despacio, con suavidad y a una marcha reducida, sin hacer cambios bruscos de dirección, así como aumentar la distancia de seguridad si se circula detrás de otro vehículo. No se deben adelantar a los equipos quitanieves ni a los vehículos de emergencia que estén trabajando sobre la carretera.

En el caso de quedarse atrapado con el vehículo en la nieve, es necesario llamar al 112 y avisar de la situación. Cabe recordar que, aunque el teléfono no tenga cobertura, la conexión con el 112 siempre es posible.

En estas situaciones hay que permanecer dentro del automóvil con el motor en marcha y la calefacción encendida, renovando el aire periódicamente. Como es conveniente no agotar el combustible, será necesario apagar el motor y la calefacción cada cierto tiempo, con el fin de mantener una temperatura confortable dentro del vehículo a la vez que se economiza al máximo el carburante.

También es necesario cerciorarse de que la salida del tubo de escape está libe de obstrucciones y de que el humo no entra en el habitáculo del automóvil, sintonizar la radio para escuchar el parte meteorológico, y esperar a que pase otro vehículo sin tratar de salir a buscar ayuda en plena tormenta de nieve.

Conducción segura

Las condiciones invernales de lluvia, hielo, nieve o niebla influyen negativamente en la conducción y hacen necesario tomar una serie de precauciones para que esta sea lo más segura posible. Por ejemplo, con lluvia y con el asfalto mojado la distancia de frenado se alarga y la visibilidad de reduce, por ello es necesario evitar las maniobras bruscas, aumentar la distancia de seguridad, reducir la velocidad y llevar los neumáticos en buen estado, con el dibujo y la presión correcta. Diversos estudios concluyen que la distancia de frenado con un asfalto mojado a una velocidad de 90 km/h es 32 metros mayor que con el firme seco.

En situaciones de suelo deslizante, como el que se puede encontrar con hielo o nieve en el asfalto, es mejor circular con una marcha más de la que se requeriría en situaciones normales para que el motor no se revolucione en exceso y se minimice el patinaje de las ruedas de tracción. A no ser que se circule bajando una pendiente, cuando la recomendación es la contraria: conducir con marchas cortas para retener el coche con el freno motor y evitar frenar con el pie en la medida de lo posible.

Si se conduce con niebla nunca se debe detener en un arcén. Se debe circular con las luces antinieblas, reducir mucho la velocidad y seguir las marcas longitudinales de la calzada. La mayoría de los accidentes de tráfico con personas fallecidas a causa de la niebla se producen por un fallo humano, que casi siempre tiene que ver con un frenazo imprevisto e innecesario, con parar en el arcén sin la conveniente señalización.