Es época propicia para que las tarjetas de crédito y los monederos virtuales se suelten el cinturón y la ciudadanía se ponga a rebuscar en internet los regalos pendientes, posibles ganchos o haga click en aquellos chollos que tienen tan buena pinta que pueden resultar envenenados. Los delitos cometidos por medios tecnológicos van al alza en cada anualidad y no tiene visos de que esto vaya a detenerse. Dentro de dicha modalidad delictiva, cometida por medios tecnológicos, abundan las llamadas ciberestafas, es decir, todos esos engaños que se traducen en una persona a la que se le apropian cierta cantidad de dinero de varias formas posibles, como en suplantaciones de webs bancarias, de comercios electrónicos o de virus que sirven para quedarse con las contraseñas y claves de los usuarios.

De hecho, las estadísticas que maneja el Ministerio del Interior, a través de los informes especializados relacionados con dicho ámbito, reflejan que los hechos delictivos que tienen que ver con la cibercriminalidad han crecido un 71% en los últimos cuatro años. Así las cosas, en 2019, se denunciaron en la Comunidad Foral un total de 3.211 hechos de este tipo, mientras que en 2022 alcanzaron los 5.499. El año que se acaba de cerrar va a resultar con una estadística mucho mayor que superará las 6.000 infracciones penales. Con semejante panorama, la Comunidad Foral arroja unas cifras en las que se observa que se cometen a diario entre 15 y 16 ciberdelitos, siendo el 90% de ellos intentos de estafa.

En cuanto a los datos que ofrece Interior respecto al año anterior, se observa que de los 5.499 delitos cometidos a través de la tecnología, un total de 4.816 se circunscribieron a lo que se conoce como ciberestafa. Por su parte, hubo 303 delitos telemáticos relacionados con amenazas y coacciones, otras 214 fueron por falsificación informática y 92 por acceso e interceptación ilícita de comunicaciones, lo que podría identificarse como un ciberataque.

En este sentido, la Policía Foral ya advirtió en estas fechas que Internet se ha convertido en la alternativa perfecta para los ciberdelincuentes, ingeniando todo tipo de tramas para inducir al engaño a cualquier usuario de la red. Las Navidades son unas fechas oportunas por el incremento de compras que se realizan por internet en todo tipo de plataformas. La Brigada de Delitos Económicos y contra el Patrimonio de la Policía Foral alerta sobre este problema tan común en la era digital.

Los agentes especializados alertan sobre este problema tan común en la era digital. Así cuenta tres casos recientes. En el primero de ellos, la denunciante ha visto un anuncio en Instagram, de una web de venta de ropa. Ha realizado un pedido, con catorce artículos por un valor de 120,00 euros. Le ha llegado un correo electrónico desde dicha página, en el que le agradecían la compra. La denunciante ha comenzado a sospechar, por lo que al poco ha intentado anular el pedido en el correo que le indicaban desde la propia página web... sin poder mandarlo ya que la dirección de correo no existía. En otro caso que investigó el cuerpo autonónico, otra denunciante, a través de un anuncio de Facebook, localizó una tienda online donde compró un abrigo por el precio de 49,90 euros. Desde el primer momento sospechó de la compra ya que no le llegó ningún correo ni mensaje para hacer seguimiento del pedido. Tras varias semanas no ha recibido el pedido ni ha encontrado ninguna forma de contacto en la página web.

Un cargo por Wallapop

En el último ejemplo, a principios de diciembre contacta con el denunciante, a través de Wallapop, una persona que supuestamente estaba interesada en un artículo que este había anunciado a la venta en dicha aplicación. Para comprar el artículo, el supuesto interesado le mandó un mensaje SMS, desde un número de teléfono, con un enlace al cual él accedió y al ver que en vez de pagarle los 20 euros que él pedía por el artículo, la persona supuestamente interesada le pedía una transferencia de 700 euros. Al no confiar en la operación, anuló el proceso de venta del artículo y bloqueó este número de teléfono. Luego, sin dar permiso a nadie, alguien realizó varios movimientos fraudulentos en su cuenta corriente ascendiendo a la cantidad de 280 euros, explicó la Policía Foral.