"Cierra los ojos y piensa en cuatro o cinco científicos que conozcas; muy probablemente serán todos hombres”. Con este ejercicio deductivo, el Planetario de Pamplona ha querido invitar a reflexionar sobre el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia a través de dos exposiciones, Las chicas somos guerreras... y AstrónomAs, y de una charla con Vega Asensio, doctora en Biología e ilustradora científica, titulada Ilustradoras en la historia de la ciencia. Se trata de un evento que se insertó dentro de la nueva edición del torneo First Nation League (FNL) Navarra, pero “quisimos acompañarlo con un contenido feminista y entendimos que, a través del arte, era la mejor manera de dar visibilidad a la mujer en la celebración de este día”, comentó uno de los organizadores del evento.

La ilustración científica, según Asensio, es una “disciplina que emplea el arte como herramienta para entender la ciencia y tomar mejores decisiones". Todo se remonta hasta la Antigüedad: desde el principio de la vida humana conocemos y nos comunicamos a través de imágenes; de hecho, las pinturas rupestres llegan a mostrar, incluso, que las mujeres querían decir algo con esos dibujos en las cuevas. Tiene lógica, somos seres visuales y queremos hacer visible lo invisible”. Sin embargo, la historia condenó esta especialidad con distintos estereotipos de género y desplazó a la mujer a un segundo plano: “Ellas no pudieron presentar sus trabajos, lo tenían que hacer los familiares varones y, de hecho, muchas veces se han asociado los proyectos científicos con la persona equivocada porque los hombres eran los que tenían validación social”, ha expresado. 

Por medio de nombres como Beatrix Potter, Anna Atkins o Elizabeth Blackwell, se hizo referencia al papel real que tuvieron estas científicas: pioneras en un mundo que les privaba de sus derechos y de la voluntad de apostar por su pasión investigadora. “Por ejemplo, Dorothy Foster realizó un atlas de anatomía y se convirtió en la primera mujer que trabajaba sobre el cuerpo humano, algo que por supuesto no gustó a muchos hombres de la época”, ha señalado.

Por otro lado, en lo que se refiere a las ilustradoras científicas actuales, “hay muchas, pero no se les da tanta voz como a los hombres”, ha criticado. Frente a un alto número de investigadores de renombre, escasea el número de mujeres consideradas “importantes” en este mundo: “Tiene que ver con que, cuando se casaban, se centraban en las labores de la casa y en el cuidado de los hijos, mientras que ellos sí podían hacerlo”. Además, en la actualidad se ha creado el estereotipo de que “las mujeres tienen una sensibilidad especial para este trabajo y, sin embargo, no se reconocen nuestros méritos, hay una brecha salarial y las instituciones no apuestan por nosotras. En un día como este la sociedad tiene que conocer esta problemática para poder implantar un cambio”, ha concluido.

Arte científico en femenino

Con 26 paneles, la exposición de Las chicas somos guerreras... anima a que la gente conozca Hypatia, un proyecto en el que participan 14 países de la U.E. para favorecer la presencia de mujeres que estudien carreras científicas, ya que los datos de la CSIC demuestran que, por ejemplo, en las Ingenierías el porcentaje sigue siendo menor (31% frente a un 79% de estudiantes varones). De esta manera, los distintos carteles hacían énfasis en que “la investigación es una disciplina colectiva que aprovecha todos los puntos de vista para que la humanidad avance. Tú puedes ser una de ellas”.

Además, en la exposición se cuenta que hay un importante desequilibrio entre el número de hombres y mujeres en los libros de texto. Todo esto con el objetivo de que en los pósteres finales se muestren los rostros de más de 20 mujeres que deberían haber escrito su nombre en la historia, como es el caso de Margaret D. Foster, química contratada por el Proyecto Manhattan, o Marta Miguel Castro, bióloga del Instituto de Investigación de Ciencias de la Alimentación.

Por su parte, AstrónomAs, que contó con el patrocinio de FECYT del Ministerio de Ciencia e Innovación, está formado por 16 paneles en los que se pone el foco sobre “las mujeres que han dedicado sus días y noches a la Astronomía”. Tiene un doble formato, digital y físico, con el que se relata una historia que comenzó hace miles de años “cuando nuestras antepasadas miraron al cielo y observaron el universo haciendo interesantes e importantes descubrimientos”. Por otro lado, el soporte físico relaciona el sistema solar, la cosmología o la física de las partículas con las distintas científicas que, con su trabajo, han conformado “nuestra galaxia”.