En la primera jornada, paraguas; en la segunda, también, pero para protegerse del sol. La primavera se ha hecho notar para los 17.300 peregrinos que han puesto rumbo a Javier; una cifra que triplica la asistencia de la semana pasada (5.600 personas). De manera que, al igual que se canta en la jota, “en la Javierada florece Navarra entera”.

Por suerte para muchos, a lo largo del camino ha habido distintos puestos de avituallamiento para que los peregrinos recuperen energías y puedan continuar su andanza. Elena Acaz, presidenta de ASVONA, ha contado que “desde enero llevamos organizando la Javierada, aunque no es hasta finales de enero que las marcas comienzan a enviarnos los productos, y en la última semana llegan los frescos”. De esta manera, los 31 voluntarios de ASVONA han descargado, con motivo de estas jornadas de peregrinaje, un total de 6.000 kilos de productos de las 51 empresas colaboradoras. “Trabajamos durante horas en cuesta y tenemos bastante dolor de espalda después de cargar y descargar, pero ver las caras de agradecimiento cuando paran para descansar no tiene punto de comparación. Es muy gratificante”, ha destacado. A pesar de que no fuera demasiado tarde, Elena ya ha apuntado que “a esta Javierada está viniendo mucha gente. Se sabía que el buen tiempo iba a acompañarnos y la gente ha querido aprovechar. No son ni las 12.00 horas y ya nos hemos quedado sin pan”.

De una comida de amigos a un proyecto para reivindicar un plan nacional de prevención del suicidio. Txema García, Pablo Segura, Daniel Sola y Unai Viscandi crearon Abraza el Camino, un proyecto que nació de la unión del Club Deportivo de Ciegos con Besarkada (Asociación de Familiares de Víctimas de Suicidio) para ir a Santiago de Compostela en tándems; de manera que las personas videntes fueran en la parte de adelante y las personas ciegas atrás. Y así lo han hecho durante la Javierada, su primera práctica de cara al objetivo final: “De momento, vamos bien”, ha asegurado Pablo. Los cuatro han señalado que lo más importante es la comunicación: "Al final, los compañeros son los que te guían durante el camino y los que nos avisan con antelación de sus movimientos, por lo que debemos confiar mucho. Y creo que es lo que estamos haciendo”, ha añadido Unai con una sonrisa que dejaba ver la seguridad que le despertaban sus compañeros y amigos.

Las motivaciones de los peregrinos son muy diversas, pero en muchos casos se mantiene la razón original: la devoción. “San Francisco Javier nos ha traído de vuelta a Navarra para poder hacer esta peregrinación y poder reencontrarnos con nuestros amigos”, ha asegurado Cristina. Ella y Giuseppe, su marido, vivieron durante cinco años en Pamplona, pero, por circunstancias vitales, tuvieron que volver a Girona, su ciudad de origen. Llegaron a Pamplona el viernes para reencontrarse con sus amigos y ponerse al día antes de salir desde Izco. “Estamos perfectos, con muchas ganas y con un día maravilloso. Todo lo que estemos caminando es tiempo que vamos a tener para hablar y ponernos al día”. El año pasado ya fueron a visitar a sus amigos y, de casualidad, coincidió que tocaba la Javierada. “Ellos no la conocían y se emocionaron haciéndola porque es algo totalmente distinto a lo que se hace en Cataluña, por lo que decidimos que este iba a ser nuestro punto de encuentro. Y así nos hemos vuelto a reencontrar”, ha explicado Beatriz, una de las amigas del matrimonio. “Se va a convertir en tradición”, ha sentenciado Cristina. Por su parte, a Miriam Uriz también le ha acompañado la devoción desde Noáin, lugar del que ha salido con la parroquia de Zizur Mayor a las 5.15 horas. “La Javierada es un momento de reencuentro de todo Navarra porque todos llegamos juntos con mucho esfuerzo. Me parece que en un día como hoy es muy importante cuidar, acompañar y servir”. 

Entre las monótonas filas de peregrinos por carretera, se han escuchado algunos ecos de sorpresa cuando han visto a dos hombres que se desplazaban a una velocidad de 60 km / hora. “Joder, que a gusto cogía esos patines”, ha exclamado un chaval desesperado por el cansancio y el dolor de pies. Ha sido la primera vez que Diego Álvarez y Aritz García han hecho la Javierada, pero “nos hemos plantado aquí con los patines en línea y para adelante”, han comentado. Así como Diego se había estado preparando para este momento, Aritz hacía siete meses que no patinaba: “Y aquí estoy. De vez en cuando le obligo a parar, pero voy a llegar sí o sí a Javier. Por lo civil o por lo criminal”, ha bromeado. Lo que más les costaba era la resistencia, poder aguantar, ya que “el pie se puede hinchar y duele mucho, pero lo más importante es que acompaña el tiempo y el buen ambiente”, han concluido. Y mientras tanto, los peregrinos han seguido mirando con asombro a los dos hombres que se deslizaban sobre ruedas hasta Javier. 

La homilía del arzobispo de Pamplona

Los fieles se reúnen en el Castillo de Javier Redacción DNN

Por otro lado, Florencio Roselló, nuevo arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, ha oficiado su primera misa en la que ha señalado que "San Francisco Javier nos está pidiendo que demos vida y que renunciemos a nuestras seguridades, a nuestro círculo de confort para hacernos pequeños, sencillos y humildes" y ha destacado que "hay más alegría en dar que en recibir", de manera que la homilía ha sido una reivindicación del voluntariado para que "los demás tengan vida".