A la hora de ir a pescar, a cazar o a quemar rastrojos, por mucha experiencia que tengas, la condiciones de cada momento son únicas y la normativa cambia, haciendo que surjan dudas de cuál es la manera correcta de hacerlo. Más dudas aparecen si vamos caminando por el campo y encontramos un animal herido o con algún problema y nunca nos hemos enfrentado a una situación así. Consciente de esta necesidad de atención y testigo del aumento de la sensibilidad de la sociedad respecto a la naturaleza, se puso en marcha el 1 de marzo de 2023, la Central de Medio Ambiente (CMA). En tan solo un año de funcionamiento ha registrado 5.656 llamadas con atenciones de todo tipo.

Gestionada por el propio servicio de Basozainak/Guarderío de Medio Ambiente y con un equipo de ocho profesionales, el servicio está disponible durante los 365 días del año, desde las 8.00 horas hasta las 22.00 horas, a través del número de teléfono 646594948. También responden a mensajes de WhatsApp, al igual que los correos que reciben en el correo centralmedioambiente@navarra.es. “Llevábamos varios años intentando ponerlo en marcha porque sí se veía una necesidad de información ambiental y la gente daba muchas vueltas antes de contactar con nosotros”, explica Gloria Giralda, directora del Servicio de Guarderío. 

Exterior del edificio de Guarderío dónde se encuentra la CAM Javier Bergasa

La mayor parte de las llamadas provienen de personas particulares, con un total de 2.453, desde allí “las resolvemos en el momento y si no se puede, nos informamos y le llamamos de vuelta con la duda resuelta o pasamos con quien lleve ese tema”, explica Mikel Tabar, guarda de la CMA. Por otro lado, han recibido un número similar de llamadas que provienen de SOS Navarra, que son 2.159, y que tienen la función de avisar a Guarderío de una situación determinada (aviso de incendio, animal herido, etc.) de manera que desde la Central se movilicen los recursos necesarios. 

El resto de las llamadas provienen de unidades de Guarderío que se encuentran en el campo, otras unidades del Gobierno de Navarra, Ayuntamientos, etc. Esto ha supuesto un gran avance también para lo propios guardas, que ahora pueden entrar más fácil a las denominadas “zonas oscuras”. “En Navarra hay muchas zonas que no tiene cobertura y antes no podíamos hacer algunos trabajos por no entrar un guarda solo a esas zonas. Ahora desviamos sus llamadas aquí y puede actuar con más facilidad”, explica Giralda. 

A pesar de los buenos resultados, Giralda reconoce que “la primera semana no recibimos ni una llamada y nos entraron un poco las dudas, pero la demanda subió muy deprisa”, tanto que “esperamos que sigan subiendo las cifras y si es necesario, contaremos con más personal”. 

Labor estacional

El tipo de consultas que reciben cambian conforme avanzan los meses y los guardas tiene que estar al tanto de distintas especialidades. En invierno se nota cierta bajada de llamadas ya que “en diciembre y enero sale menos al campo y también hay menos actividad de los animales”, explica Tarba. De hecho, diciembre fue el mes más tranquilo con 278 consultas, en general, “sobre caza o cambios de uso de suelo, que se suelen hacer de cara a verano”. 

Un ejemplar de búho chico recogido por guardas de Medio Ambiente

Respecto a dudas forestales, Tarba destaca que “en invierno el tema está tranquilo en el sur, la zona más mediterránea de Navarra, el peligro está en el norte, que es cuando se gestiona el tema de pastizajes”. En esta línea, los riesgos continúan en primavera con algunos restos de quemas, que se permiten hasta el 31 de mayo. Una temporada en la que también aumentan los temas sobre fauna ya que “es la época de cría para mamíferos, aves y casi todos los animales” así como la de pesca.

En junio y el resto del verano el principal tema es el riesgo de incendios en toda la comunidad, en especial en la zona mediterránea, a lo que se suman las fiestas con sus comida populares. “En estos meses tenemos muchas llamadas de si se pueden hacer barbacoas y cómo pedir los permisos necesarios”, destaca Giralda. De hecho, en julio alcanzaron las 800 llamadas con 90 atenciones en un solo día, ambas cifras récord. 

Profesionales reconvertidos

El equipo de la CMA está formado por ocho personas que proporcionan un servicio de atención 14 horas al día durante todo el año. Lo que hay que tener en cuenta es que son guardas de medio ambiente, “profesionales que están acostumbrados a estar en el campo” y, según reconoce Giralda, “sería una pena que destinasen el 100% de su tiempo a la oficina”. Es por esto que se organizan para trabajar 40% de su jornada en la central y el otro 60% a la acción de campo como apoyo en una demarcación. 

Mikel Tabar, en su puesto en la Central de Medio Ambiente. Javier Bergasa

Tabar lleva 16 años trabajando de guarda y previamente ejerció 18 años en una empresa pública también del sector. “Yo me saqué la plaza de guarda y esto es un cambio brutal de conocimientos y de habilidades. Todos venimos de trabajar en el campo y esto es un reciclaje, pero hay muchas ganas de dar una buena atención”, destaca el guarda. Por su parte, Giralda agradece que “hayan salido de su zona de confort, porque llevaban años en la misma demarcación” y destaca su labor al teléfono ya que “trasladan la misma atención cercana que desarrollan en el campo”.