La aprobación de la Ley Trans el pasado año no estuvo exenta de debate y polémica y en Navarra ha dejado un sabor agridulce a los colectivos de personas trans. Como punto positivo, destacan desde Naizen (Asociación de Familias de Menores trans de Navarra y Euskadi), estaría el hecho de que la norma ha puesto encima de la mesa los derechos de este colectivo, favoreciendo que “las personas trans vean que es algo realizable”.

No obstante, desde Naizen critican que en la Comunidad Foral ha supuesto “un retroceso” ya que ahora se restringe el cambio de sexo legal en el Registro Civil a los 12 años, cuando la Ley LGTBI de Navarra de 2017 no recogía límites de edad.

Además, aunque considera positivo que los derechos de las personas trans hayan marcado la agenda, la asociación alerta de la proliferación de los discursos de odio: “Han crecido los niveles de violencia y las agresiones. El cuestionamiento y la presión a la que están siendo sometidas muchas personas ha aumentado en este último año”. Pero desde Naizen sostienen que el problema no viene solo desde los sectores más conservadores y reaccionarios, sino que “hay corrientes del propio movimiento feminista que van en contra de los derechos de las personas trans”.

En este sentido, la subdirectora de Igualdad LGTBIQ+ del INAI, Luna Martinicorena Mutiloa, subraya que en torno a la Ley Trans “ha habido muchos bulos y mucho ruido mediático a distintas voces que han hecho mucho daño”. “También hay cierto feminismo que ha buscado una desestabilización con el tema de los derechos de las personas trans, pero reconocer los derechos de un colectivo no implica mermar los de otro”, defiende Martinicorena, que aboga por “hablar y dialogar” y por “trabajar en el reconocimiento del otro”.

En este sentido, hace hincapié en la importancia de la sensibilización y la visibilización para “avanzar hacia una sociedad igualitaria y diversa en la que se reconozcan los derechos de todas las personas”.