Las personas migrantes abandonan sus países en busca de un nuevo lugar en el que comenzar sus vidas de forma digna, pero esto no siempre ocurre. Tienen un acceso limitado a la vivienda, les discriminan y se convierten en marginados. Si además de esto, las personas migrantes pertenecen al colectivo, la opresión y el rechazo se acentúan, ya que "la intersección de estas identidades puede agravar su exclusión social y económica", ha apuntado Johanna Hincapié, encargada de la investigación del informe que Fénix Asociación ha presentado esta mañana en el Parlamento de Navarra. Se trata de un estudio que aborda las experiencias de las personas migrantes y refugiadas LGTBI+ en la Comunidad Foral en relación con las posibles vulneraciones de Derechos Humanos.

A través de una muestra compuesta por 135 encuestados, todos ellos inmigrantes del colectivo que residen en Navarra, se realizó un cuestionario con 20 preguntas cerradas para recopilar datos cuantitativos sobre temas como discriminación y violencia; percepción social y estigmatización; salud mental, y acceso a servicios básicos, entre otros. Asimismo, emitieron 15 preguntas para los datos cualitativos, con el objetivo de profundizar en las experiencias y percepciones de los y las participantes. Los datos alertan sobre las vulneraciones de derechos que sufre este grupo social en todos los ámbitos; en especial, en lo que respecta al plano emocional; donde el 65,2% de los encuestados aseguraron que su salud mental se ha visto comprometida a causa de las barreras administrativas y burocráticas para el acceso a los diferentes servicios de Navarra. En esa misma línea, el 24,4% indicó que ha tenido ideas, pensamientos o intentos suicidas en los últimos doce meses. "Esto quiere decir que una cuarta parte de los encuestados ha tenido pensamientos suicidas, lo que remarca que hay una necesidad de apoyo psicológico emocional. Hay una necesidad urgente de intervenciones en salud mental, pero esas barreras burocráticas lo impiden y, además, acentúan el estrés y la ansiedad", ha apuntado Jared Andino, coordinador de este informe.

En lo que se refiere al perfil de los encuestados, el 41,5% se encuentra en el rango de 18 a 30 años, seguido por el grupo de 31 a 40 años (37,8%); mayoritariamente son hombres (52,6%) gays —45,2%, seguido por bisexuales (22,2) y lesbianas (17%) que, sobre todo, proceden de Colombia, Perú, Venezuela, Honduras, Ecuador y Brasil y que han vivido en el Estado español durante dos o más años. Por otra parte, lo que llevó a estas personas a salir de sus respectivos países tiene que ver con que fueron perseguidos por su orientación sexual (33,3%), por su identidad de género (15,6%), porque recibieron amenazas de grupos armados (18,5%) o porque sufrieron violencia y discriminación generalizada (32,6%).

Discriminación y violencia en Navarra

Aunque el 43,7% de los encuestados argumentaron que no habían experimentado discriminación en los últimos doce meses, un 33,3% aseguró que tiene problemas para acceder a vivienda y el 30,4% incidió en que sufren discriminación laboral. "A pesar de los avances en la legislación y las políticas inclusivas, persisten estas problemáticas", ha apuntado Hincapié. Asimismo, un 32% de los encuestados aseguró que había sido víctima de violencia verbal en Navarra debido a su orientación sexual o identidad de género. "Hay una persistencia de actitudes homofóbicas y transfóbicas en la sociedad. Este tipo de violencia puede tener efectos devastadores en la salud mental y bienestar de las personas afectadas", ha señalado.

Sin embargo, estos no son los únicos indicadores que vislumbran el rechazo hacia las personas migrantes y refugiadas del colectivo. El 31,1% de los participantes calificaron como "muy difícil" el acceso al apoyo legal, lo que significa que se encuentran limitados a la hora de disponer de recursos y servicios legales gratuitos. De igual manera, el 36,3% consideró muy difícil acceder a trámites bancarios. Además de los datos, en el informe también se incluyen testimonios anónimos en los que reflejan la discriminación sufrida. Uno de los ejemplos con los que se evidencia esto es la historia de un joven que solicitó protección internacional y que "hasta ahora no nos han dado respuesta. Tengo que ir a renovar el 23 de diciembre, pero hasta ahora no he tenido respuesta, dicen que se demoran muchos años en responder".