Navarra se proyecta al mundo a través de los centenares de alumnos y alumnas que forman parte del programa de movilidad internacional de la UPNA. Gracias a ellos, la Comunidad Foral se convierte, a los ojos del mundo, en un lugar prolífico, académico y avanzado. El rector de la Universidad Pública de Navarra, Ramón Gonzalo, y el presidente de Caja Rural de Navarra, Ignacio Terés, entregaron esta mañana 559 becas de la entidad bancaria a los estudiantes que durante el curso 2024-2025 han participado en programas internacionales de movilidad en más de 40 países. En concreto, la mayoría del alumnado está vinculado al programa Erasmus + (417 estudiantes), seguido por el programa Palafox (103 alumnos y alumnas), Martín de Rada (10), convenios bilaterales (9), ISEP (8) y programas de Formación Solidaria (10). Además, otros 2 estudiantes han recibido beca para realizar una movilidad rural.

El alumnado que cursará estudios en universidades extranjeras está conformado por un total de 341 mujeres y 218 hombres. Las universidades que reciben a un mayor número de estudiantes están ubicadas, por este orden, en Italia (83), Alemania (45), Polonia y Chile (43 cada uno), Francia (37), Portugal (36), México (22), Argentina (19), Bélgica y Estados Unidos (16 cada uno), República Checa (15), Países Bajos (14), Rumanía (13), Suecia (12), Austria (11) y Colombia y Eslovenia, con 10 cada uno. El resto de destinos que reciben estudiantes son Bolivia, Brasil, Bulgaria, China, Cuba, Dinamarca, Eslovaquia, Finlandia, Georgia, Grecia, Hungría, India, Irlanda, Japón, Letonia, Lituania, Malta, Paraguay, Perú, Suiza, Turquía y Uruguay.

“Con este programa de becas, Caja Rural pretende ayudaros a completar vuestra formación y vuestros gastos en el extranjero. Tenemos muy claro que estos programas os ayudan a crecer como personas, a conocer nuevos puntos de vista y otras formas de hacer las cosas”, señaló Ignacio Terés, presidente de Caja Rural, que hizo hincapié en la posibilidad de que, en un futuro lejano, “tengáis que viajar por motivos laborales. En ese momento, valoraréis el esfuerzo que todas las personas hacen para que ahora os podáis ir fuera, como vuestra familia, profesores o las administraciones”. 

Estos programas de movilidad son, por tanto, una oportunidad de apertura internacional, por lo que es necesario que “aprovechéis bien el tiempo, tanto a nivel académico, como a nivel social y cultural. Es importante que sepáis que estáis representando a vuestra universidad y a vuestra tierra. La gente que conozcáis se hará una idea de cómo es Navarra a través de vosotros. Y también es importante que todo cuanto aprendáis acabe retornando a la universidad, a la sociedad, y que sirva para vuestro futuro y el de la Comunidad Foral”, apuntó.

Un momento del acto institucional en la UPNA. Iñaki Porto

Por su parte, Ramón Gonzalo intervino, en primer lugar, dando la enhorabuena al estudiantado por haber llegado a este momento de su carrera universitaria en la que han emprendido o se lanzarán a la aventura de un programa internacional. “Este último año hemos tenido cerca de 900 solicitudes de estudiantes que querían disfrutar de esta experiencia de movilidad, pero solo hemos podido ofrecer estas 559 ayudas, que, igualmente, es una cifra de récord en esta universidad. Nunca antes habíamos concedido tantas becas”, señaló Gonzalo.

El 30% de los estudiantes realizan programas de movilidad

Asimismo, el rector destacó que este año la Universidad Pública de Navarra ha conseguido cincuenta movilidades de prácticas en Europa. “No es fácil encontrar empresas europeas que quieran ofrecernos la posibilidad de que nuestro estudiantado pueda hacer la movilidad, pero de prácticas”. En ese sentido, reconoció que el esfuerzo que se hace desde la universidad es muy alto y que, por otro lado, contribuye a que la universidad ocupe las primeras posiciones estatales en el ámbito de la movilidad: “Europa marca que la experiencia de movilidad debe el estudiantado debe estar en torno al 20%, pero nosotros rozamos el 30%”, indicó el rector.

 Cuando un recién egresado llega a una empresa, ya se sabe que va a contar con los conocimientos básicos del grado que ha cursado. De manera que lo que se busca son otros aspectos que hagan sobresalir al graduado como un potencial profesional. “En ese sentido, la parte de la movilidad da mucho puntos. Además de la experiencia, se adquieren otras competencias, como espíritu emprendedor, autonomía o capacidad de trabajo en equipo, entre otras cosas. Somos la universidad con la mejor tasa de empleabilidad a nivel estatal, y eso se debe a la capacidad que tenemos desde la universidad para que disfrutéis de esta experiencia de movilidad”, mencionó.

Experiencia internacional

Alba Rodríguez, estudiante de 4º de Enfermería, disfrutará hasta finales de enero de su estancia en Roma, en donde lleva desde mediados de octubre. Para ella, la experiencia está siendo “muy enriquecedora y recomendable”, pero “todavía no nos han ingresado la beca. Nos dijeron que en septiembre recibiríamos el 70% y no ha sido así. Pero tenemos ganas de recibirla para poder continuar con ganas en Erasmus, que hace falta”, apuntó Rodríguez. Ella está realizando prácticas en el Hospital de Roma, sin ir a clases. “Es una experiencia diferente a todo lo que he hecho hasta ahora, sobre todo porque es un espacio mucho más deteriorado que el de Navarra. Con todo, he rotado por Oncología, Pediatría y Urgencias y me ha permitido discernir que quiero vivir, a poder ser, en Navarra porque el nivel sanitario es mucho mejor”, dijo.

En el caso de Estíbaliz Vargas, estudiante de Sociología Aplicada, estará de Erasmus en Varsovia hasta que termine el semestre, y está conociendo otras metodologías de aprendizaje: “Allá se trabaja mucho por proyectos y menos con exámenes. No hay una carga de trabajo excesiva. De hecho, en una asignatura solo hacemos presentaciones y, si llegamos a doce positivos, no tenemos que examinarnos al final del semestre”, explicó. No obstante, una de las grandes complicaciones de estos programas de movilidad tiene que ver con la barrera del idioma: “El acento con el que se expresan en inglés varía y se dificulta la comprensión. Además, tampoco es mi punto fuerte, así que he tenido que enfocarme mucho en este asunto, pero es una experiencia que nadie se tiene que perder, aunque al principio sea duro”.

Carolina Martínez y Leyre Pavón se reencontraron ayer después de varios meses separadas por sus becas en EE UU y Suiza, respectivamente. “En nuestra carrera de ADE y Economía Internacional es obligatorio que nos vayamos un año”, comentó Martínez. Ambas disfrutan de una experiencia especial, en la que han conocido a gente que “nos están integrando y ayudando a que conozcamos mejor el país y a la gente”, indicó Pavón. En lo que respecta a las clases, Carolina se sorprendió de que no había asignaturas: “Te dan la lista y tú escoges las que mejor te puedan venir. Y no solemos tener exámenes”, dijo. “Estaría bien mezclar los dos sistemas educativos porque en Suiza todo es teoría. Y creo que las prácticas son importantes”.