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2024, ¿el año en que se logró la cura de la obesidad?

Una inyección y adiós a los kilos. Con el ‘fenómeno ozempic’, lo que parecía una quimera, la cura de la obesidad, está aquí. Fármacos como el ozempic o el mounjaro son tan eficaces para perder peso como una cirugía de reducción de estómago

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El medicamento de moda que ha venido para quedarse es el auténtico fenómeno de 2024. Este año numerosas celebridades de Hollywood como Kathy Bates, Macy Gray, Tori Spelling, o Whoopi Goldberg han reconocido que han transformado su cuerpo gracias a fármacos como el ozempic. Son productos originalmente prescritos para adultos con diabetes tipo 2, pero que también se están usando para una rápida pérdida de peso. El milagro contra la obesidad es tan efectivo, que le han salido otros competidores como mounjaro, ó wegovy.

Estos preparados han cambiado las reglas de juego y han conseguido que las tasas de obesidad en países como Estados Unidos hayan bajado. Un último estudio, publicado este mes de diciembre, registró que la tasa de obesidad en EEUU pasó del 46% en 2022 al 45% en 2023. La caída es mínima, pero es la primera en más de diez años que el país consigue que sus habitantes bajen de talla. La causa se atribuye al medicamento estrella, el ozempic, cuyos descubridores recibieron recientemente el Premio Princesa de Asturias. Un remedio que no solo controla el azúcar en sangre, sino que también ayuda a regular el apetito, con lo que se come menos.

En la cúspide de los que más han adelgazado, el magnate Elon Musk. Musk reveló públicamente que ha estado utilizando mounjaro, primo hermano del ozempic en medicina antiobesidad, con un principio activo todavía más potente. Con su característico sentido del humor, se autodenominó Ozempic Santa en una publicación en X, donde compartió una foto vestido como Papá Noel donde se ve su drástico cambio de aspecto. Musk no es un simple consumidor de mounjaro, sino que también hace proselitismo de todos los fármacos que han dado este año el campanazo. Según el multimillonario, representan la solución más eficiente a la epidemia de obesidad que azota USA.

“Hablamos de medicamentos para personas decididamente enfermas; no estamos hablando de pérdidas de peso ocasionales para irse a la feria”, puntualiza Mar Malagón , presidenta de la Sociedad Española de Obesidad. Lo que hay que entender de estos fármacos, que se vienen utilizando indebidamente para eliminar unos pocos kilos, es que “si no tienes necesidad de ellos, no te va a hacer ningún favor. Alterar todo un sistema hormonal puede provocar efectos perjudiciales a largo plazo”, advierte esta especialista.

Competidores

Pero el fenómeno ozempic es imparable y han surgido otros medicamentos que le siguen la pista de cerca. Así Whoopi Goldberg, por ejemplo, ha revelado que perdió casi 140 kilos gracias a mounjaro. Se trata de otro medicamento indicado para la diabetes tipo 2 y la obesidad, cuyo principio activo, la tirzepatida, “potencia” los resultados, mejorándolos sensiblemente. Los dos fármacos, tanto el ozempic como la tirzepatida, son imitadores de hormonas gastrointestinales que se encuentran en el cuerpo de forma natural.

De momento, en España esta nueva alternativa no está financiada por el sistema público ni se puede dispensar sin receta, aunque desde Lilly se negocia con el Ministerio de Sanidad. De esta forma, el precio de mounjaro es de 271 euros mensuales con el tratamiento de 5 mg, que en el caso de la de 10 mg se eleva a 358 euros.

El tratamiento comienza de forma escalonada con una dosis de 2,5 mg durante cuatro semanas, cuando se sube al doble. Si no se consigue los resultados esperados, se vuelve a subir hasta los 7,5 mg durante otras cuatro semanas, para de ahí pasar a 10, según aseguró José Antonio Sacristán, director médico de Lilly España.

La principal diferencia con la semaglutida –en la que se basan medicamentos como ozempic o wegovy– es que estimula dos y no solo una hormona que ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre y reducen el apetito. Su mecanismo de acción, además de favorecer el control glucémico, hace que disminuya el apetito, aumente la sensación de saciedad y se reduzca el exceso de grasa.

Menos apetito y más saciedad

Mounjaro ha sido aprobado con dos indicaciones: para la diabetes tipo 2, y para el control del peso en personas con un índice de masa corporal (IMC) superior a 27 y con al menos una complicación derivada del exceso de peso o con obesidad, un IMC superior a 30. Consigue, de hecho, una pérdida media de hasta 12 kilos, el doble que el componente del ozempic, que es de seis. Además, 4 de cada 10 pacientes consiguieron una pérdida igual o superior al 25%, cifras que solo se logran con la cirugía bariátrica.

Y es que pincharse, por ejemplo, ozempic, conlleva digestiones más lentas y menos sensación de hambre, con la consiguiente reducción de grasa corporal. Es por ello que arroja resultados espectaculares, con una merma de hasta 20 centímetros en el perímetro de la cintura.

La cara cruz de la moneda es que, en ocasiones, hay muchos problemas para conseguir el medicamento ya que, debido a la popularidad que ha ganado por su uso para perder peso, ha supuesto un grave problema para la salud de los diabéticos, quienes se enfrentan a desabastecimientos de producto por culpa de esta moda. También como contraindicación, otro de sus efectos secundarios, la pérdida de masa muscular.

Entre los efectos más graves que puede acarrear su administración sin control médico figuran los temblores, mareos, palpitaciones, daños intestinales y en los casos más extremos, pérdida de conciencia.