Pruebas MIR 2025: el último paso de los futuros sanitarios
Navarra ofrece 192 plazas para los 559 aspirantes que se examinan esta tarde en el Aulario de la UPNA
Era un día gris; de esos cargados por la humedad y las constantes amenazas de lluvia. De esos en los que uno no sale de su casa y opta por agradable plan de peli y manta. Sin embargo, 559 personas tuvieron que poner rumbo a la Universidad Pública de Navarra —siendo, además, fin de semana—, poner su mejor cara, hacer frente al mal tiempo y enfrentarse a las pruebas de Formación Sanitaria Especializada, con las que estarán un paso más cerca de su futuro. En concreto, estos aspirantes optan a 192 plazas de residentes en Navarra de Medicina, Enfermería, Farmacia y Psicología, de las cuales 144 vacantes se ofertan en Osasunbidea (84 de ellas corresponden al HUN divididas en 42 plazas para Atención Primaria, 13 para Salud Mental, 3 para la Unidad Docente de Medicina del Trabajo, 3 para Medicina Preventiva y 2 se corresponden con Salud Pública) y 48 en la Clínica Universidad de Navarra. A nivel estatal, se trata de la convocatoria con mayor número de plazas ofertadas en la historia, 11.943, un 2,9% más que el año pasado.
Los nervios se entremezclaron con la lluvia, así que los tribunales optaron por abrir antes las puertas y calmar las ansias de los estudiantes. Pero no todos se encontraban con esta tensión. Frente a la intranquilidad de Miren Chivite, natural de Gipuzkoa y estudiante de Enfermería, su amiga Sofía Cadena, de Murcia y también estudiante del mismo grado, iba a "verlas venir. Me presento sin estudiar porque quiero ver cómo es el formato del examen, así que vamos a la aventura. He hecho algún que otro simulacro, pero quiero quedarme con la forma para preparármelo bien de cara al año que viene", ha apuntado Cadena. Frente a ella, a Miren solo le faltaba tirarse de los pelos, pero eso no lo hacía porque "una no puede ser fea y tonta el mismo día", ha bromeado. En su caso, lleva estudiando para este examen todos los días desde enero del año pasado con el objetivo de entrar en la especialidad de Salud Mental, que le interesa desde que comenzó el grado: "De hecho, durante la carrera siempre he tratado de hacerme un hueco a través de las prácticas", ha señalado.
Después de seis largos años de carrera, Leire Arrarás, de Pamplona, y Adriana Sarnago, tafallesa, no tuvieron mucho tiempo para disfrutar de su libertad, ya que a partir del 17 de junio de 2024 empezaron a estudiar para el MIR. "Ha sido bastante duro porque en verano hacíamos nueve horas de trabajo diario, pero podíamos tener ratos para salir un poco de casa. Sin embargo, conforme entró septiembre, como ves que el examen se acerca, empiezas a ver todo como una realidad y te sometes a mucha presión", han comentado. Con respecto a la especialidad en la que les gustaría entrar, Leire tiene dudas porque "cuando empecé, tenía muy claro que quería hacer algo quirúrgico, pero me han gustado tanto todas las asignaturas que ahora mismo no lo tengo claro. Quizá prefiero hacer algo más general, como Medicina de Familia", ha expresado. En ese sentido, la joven se muestra esperanzada porque es la especialidad con mayor oferta y una de las menos demandadas: "Somos conscientes de que las condiciones son malas. Los médicos tienen mucho trabajo y muy poco tiempo por paciente, y es una pena porque es una especialidad preciosa y es la base de la Medicina. Se quedan libres porque la situación no es buena, no porque no nos guste", ha explicado Adriana. Asimismo, las dos llegaron al examen con ganas de darlo todo: "Aunque nuestra vía de acceso al trabajo es el MIR, siempre se ofrecen más plazas que a los aspirantes al EIR, FIR O PIR, así que nuestra estadística no está tan mal", ha añadido Leire.
Entre el nerviosismo y la tranquilidad extrema, hubo quienes escogieron el camino de la seguridad por ser conscientes de que su trabajo durante estos meses ha sido bueno, y que esta prueba solo representa un paso más. No obstante, al igual que le ocurre a Adriana o Leire, no tienen demasiado claro por qué especialidad decantarse: "Tengo más claro qué no quiero hacer. Prefiero las clínicas a las quirúrgicas, y eso me viene bien porque no estoy enfocado en ninguna y me hace sentirme más tranquilo", ha dicho Martín Beiztegui. De igual manera, tanto Mikel Munárriz como Javier Amezketa comparten esa preferencia por las especialidades clínicas. De hecho, Javier se mostró con optimismo porque desde siempre ha querido hacer Medicina de Familia porque "es muy humana. Además, es algo que me viene de familia porque mi aita y mi hermano se dedican a esto y, aunque estén un poco denostados, la relación con el paciente me parece primordial", ha defendido Javier. En lo que respecta a Mikel, su vocación por la Medicina comenzó desde crío porque solo le interesaban los temas relacionados con la ciencia y el cuerpo humano, y "me di cuenta de que solo me veía estudiando Medicina. Y ahora no me queda nada para encontrar mi futuro", ha concluido.
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