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Eclipse, ensayo general

Este sábado 29 de marzo de 2025 hay un eclipse parcial que sirve de ensayo para el 12 de agosto de 2026, cuando la Luna oculte por completo el sol en un momento de noche total

Eclipse, ensayo generalMiguel Sierra/EFE

Antes, cuando un suceso astronómico tenía relevancia en nuestra comunidad foral, solíamos desde el Planetario de Pamplona mandar una nota de prensa con información, organizar actividades y convocar a la ciudadanía, porque hemos estado siempre convencidos de la importancia de mirar al cielo y de preguntarnos por nuestro mundo.

Ahora son otros tiempos sin Planetario en Pamplona, pero me mueve el mismo afán: no perder la oportunidad de que la ciencia tenga presencia y una voz, especialmente cuando las circunstancias son propicias… Y esto es lo que sucede este próximo sábado 29 de marzo de 2025: la Luna se paseará por delante del Sol (un poquito solamente) en un eclipse parcial que nos sirve de ensayo general para lo que va a suceder el año que viene, cuando el 12 de agosto de 2026 la Luna oculte por completo nuestra estrella y se haga en un momento de noche total.

Los eclipses han fascinado siempre a todas las culturas, porque eso de que en pleno día se haga de noche siempre sorprendió y hasta atemorizó a la gente. Pero es todo cosa de mecánica celeste, de cómo se mueven en el cielo el Sol y la Luna y los demás planetas, marcando una especie de reloj cósmico que nos ha permitido a los humanos disponer de calendarios, de orientaciones y de relojes. De vez en cuando, nos cuenta la astronomía, la Luna oculta al Sol, y otras veces es la Tierra la que oscurece durante unas horas a la Luna. Los eclipses se pueden calcular y se hace desde hace más de 20 siglos, así que no podemos usar de excusa que no lo sabíamos para tenerlos en cuenta.

Lo que pasa es que no siempre se pueden ver desde un cierto lugar de la Tierra. A pesar de que hay entre dos y siete eclipses cada año, solamente en algunas regiones de nuestro planeta se pueden ver, especialmente los de Sol. Y no deja de tener cierta lógica: el Sol y la Luna son dos cuerpos radicalmente diferentes. El primero es nuestra estrella, con millón y medio de kilómetros de diámetro. La otra es nuestro satélite, con un diámetro de menos de 3500 kilómetroscuatrocientas veces más pequeña que el Sol, pero cuatrocientas veces más cerca, así que su tamaño es similar.

Por eso suceden los eclipses. También porque la órbita de la Tierra en torno al Sol y la órbita de la Luna alrededor de la Tierra están casi en el mismo plano, separadas solamente 5 grados. Si estuviéramos en el mismo plano, cada mes tendríamos un eclipse de Sol (cuando la Luna nueva) y un eclipse de Luna (en el plenilunio). Pero al estar algo separados, a veces la Luna pasa por encima o por debajo del Sol y no nos enteramos. Quizá por esa razón el más sabio de los siete sabios de Grecia, como se conocía a Tales de Mileto, que vivió entre el siglo VII y VI antes de nuestra era, tuvo tanto trabajo al predecir el primer eclipse el 28 de mayo del año 585, que coincidió además con una batalla. Tales les convenció, por aquello del eclipse, de que dejaran de pelear y firmaran un armisticio. También en China sabemos que un eclipse generó en aquella época un juicio porque quienes deberían haberlo predicho se habían emborrachado. En estos miles de años, los eclipses han ido acumulando historias que nos recuerdan cómo han impresionado siempre esos momentos en que se hace de noche en pleno día.

ECLIPSE PARCIAL O "ECLIPSITO"

No va a ser este el caso el sábado 29 de marzo de 2025. Se trata de un eclipse solar parcial: la Luna pasa por delante del Sol, pero solo oscurece una parte de su disco. Visto desde Navarra, en el momento de máximo eclipse, un 20% del Sol quedará desaparecido, una especie de uña en la parte superior que va a provocar que el Sol esté menos luminoso que otras mañanas. Pero no se hará de noche ni se verán las estrellas, como sucede en los eclipses totales.

Este eclipse parcial se ve en una región del mundo que cubre principalmente Groenlandia, el Norte de Canadá y el Atlántico Norte, pero también la región occidental de Europa. Dependiendo del lugar, la hora del máximo cambia, pero podemos tomar como referencia las 11:46 como el momento de máximo eclipse.

El eclipse comienza cuando la Luna empieza a pasar por delante del Sol, según miramos el disco solar desde la parte superior derecha, sobre las 10:54. Irá pasando por delante hasta el final del eclipse, cuando el Sol solamente tendrá ocultada la parte superior izquierda de su disco, a las 12:39.

(Las horas varían un poco dependiendo del lugar geográfico. Recomendamos las páginas del Observatorio Nacional y del Instituto Geográfico Nacional como referencia para las efemérides: https://astronomia.ign.es/web/guest/eclipses-de-sol-y-luna/eclipse-parcial-de-sol-29-marzo-2025. Igualmente, en diversas páginas y aplicaciones, uno puede tener los datos locales. No olvidemos que el cálculo preciso de los eclipses tiene ya cientos de años de tradición, no es algo que sea poco preciso…)

En Navarra, tenemos diversas oportunidades de observar el fenómeno acompañado de personas expertas en astronomía. La red Astronavarra Sarea convoca a partir de las 10:30 a la ciudadanía para observaciones públicas y gratuitas:

  • En Pamplona, en la explanada del Planetario.
  • En Fontellas, en el Parque Fontellas.
  • En Lerín, en el Mirador de la Peña.

Por supuesto, estas actividades están sujetas a la meteorología: aunque se prevé un sábado nuboso, aún hay posibilidad de claros que permitan observar el eclipse.

OBSERVACIÓN SEGURA

Mirar directamente al Sol es muy peligroso. Lo hemos puesto en negrita porque, por mucho que se repita, es poco conocido. La tentación de mirar al Sol sin protección durante un eclipse es la mayor causa de daños oculares relacionados con la observación astronómica. El año pasado, cuando hubo un eclipse total de Sol recorriendo Estados Unidos el 8 de abril de 2024, aunque se había anunciado y avisado por las autoridades y los medios de comunicación, hubo muchas asistencias a personas que, a pesar de todo, no habían tenido en cuenta que nunca se debe mirar al Sol directamente, ni siquiera con gafas de sol o con una radiografía.

Una encuesta posterior reveló que una tercera parte de la población desconocía el peligro de mirar directamente al Sol. En las búsquedas de Google de ese día y siguientes, el máximo de búsquedas en la región por donde se veía el eclipse estaba relacionado con "qué hacer cuando te duelen los ojos". Lo había provocado una observación inadecuada.

Por eso es importante disponer de gafas o protectores específicos homologados para eclipses, que se pueden encontrar en algunas ópticas y en comercios relacionados con la astronomía. Como decíamos, las radiografías, los negativos de película velados (si es que alguien los conserva) o las gafas de sol normales no son protección suficiente. Sin embargo, los vidrios de gafas de soldador del número 14 o superior sí son adecuados.

En todos los demás casos, lo más seguro es no mirar directamente al Sol (y menos con un instrumento óptico como un telescopio, prismáticos o teleobjetivos, que son aún más peligrosos). Se puede proyectar la imagen del Sol en una superficie. Por ejemplo, podemos hacer una rudimentaria cámara oscura con una caja de zapatos: en uno de sus lados haremos un pequeño orificio, que actuará como objetivo, y proporcionará una pequeña imagen del Sol en el lado contrario.

Dispositivos como esta caja oscura son sencillos de hacer y suponen una estupenda actividad para hacer con niñas y niños. Por ejemplo, en el Colegio de Educación Infantil y Primaria Blanca de Navarra de Lerín, esta semana el ayuntamiento ha impulsado unos talleres en los que el alumnado ha podido aprender sobre los eclipses y, además, realizar estos proyectores para observar el eclipse de manera segura. Ellas y ellos se han convertido en prescriptores para informar a sus familias sobre cómo observar el eclipse del sábado.

La gente acampa en las cataratas del Niágara, horas antes del eclipse solar total de 2024 (Estados Unidos).

OBSERVAR CON DETALLE O COMO JUEGO

Si se desea ampliar la imagen del Sol para ver los detalles de su superficie (actualmente presenta muchas manchas y regiones activas porque está en su máximo de actividad), necesitamos usar un filtro específico para instrumentos ópticos, que, una vez más, debemos buscar en tiendas especializadas y con sellos de homologación.

Quienes recuerden haber jugado con una lupa y la luz del Sol para quemar un papel podrán entender la importancia de no exponer nuestro ojo al mismo poder de concentración de una lente.

Los telescopios de los aficionados a la astronomía pueden incorporar filtros especiales para seleccionar la radiación solar, limitando su poder energético. Gracias a ellos, podemos tener una observación segura y, además, obtener mucha información sobre la fotosfera aprovechando el fenómeno. Por supuesto, en estos casos se recomienda la asistencia de una persona experta.

Un pequeño juego durante un eclipse es convertir una espumadera en un proyector solar. Normalmente, cuando exponemos una espumadera al Sol, se proyecta en el suelo o la pared una serie de circulitos que, realmente, son pequeñas imágenes del Sol. Durante un eclipse, podemos fijarnos en que esos circulitos no son redondos, sino que muestran la forma del eclipse. Lo bueno de esta diversión es que es segura, porque lo importante (lo recordamos de nuevo) es no mirar al Sol.

Volvemos a recomendar que lo mejor es protegerse del Sol. No es broma. Y esto nos permite recordar que también debemos cuidar la piel: si vamos a estar expuestos al Sol durante horas, es recomendable usar sombreros, gorras y protección dermatológica homologada.

Por supuesto, evitemos mirar al Sol directamente. Si tenemos dudas o no disponemos de la posibilidad de proyectar su imagen (incluso un árbol, a través de sus hojas, puede actuar como proyector, como la espumadera), es mejor contentarse con ver las imágenes que circularán en redes sociales a lo largo de la mañana del sábado 29 de marzo.