La Inteligencia Artificial vuelve a ser el centro del debate. Si algo no se puede negar de esta herramienta revolucionaria es que, para bien o para mal, su potencial parece no tener límites. Pero para que un instrumento se acerque más al bien que al mal, es necesario valorar su uso, y para ello, establecer las bases jurídicas, éticas, posibles límites y futuros objetivos.

Con ese propósito, el Gobierno de Navarra junto con el Centro de Investigación de Inteligencia Artificial de Navarra (NAIR) presentó ayer en Baluarte el Congreso Nacional de Inteligencia Artificial Tecnología al servicio de las personas. Lejos de un enfoque puramente tecnológico, el encuentro planteó una mirada transversal que contempla las dimensiones sociales, jurídicas, económicas y culturales de la IA, fomentando el diálogo abierto entre expertos, instituciones, sector empresarial, ámbito académico y ciudadanía.

Ética y derechos civiles en un entorno digitalizado

Durante la jornada se abordaron tres grandes líneas estratégicas: la reflexión ética en torno al diseño y uso de sistemas de IA; el análisis de su impacto en sectores clave como el empleo, la educación, la salud o el medioambiente; y la necesidad de construir un ecosistema de innovación colaborativa, donde confluyen universidades, centros de investigación, administraciones públicas, empresas tecnológicas y sociedad civil.

En la mesa redonda "Beneficios y riesgos de la IA: ¿conocimiento, criterio, capacidad?", participaron los expertos María Moya (Prodigioso Volcán), Carlos Fernández de Vigo (Dr. Platypus & Ms. Wombat), Luis Villa del Campo (Accenture Europa) y Àurea Rodríguez (EIT Culture & Creativity). En ella, los ponentes analizaron cómo priorizar valores humanos en el diseño y uso de la IA. Luis Villa señaló que “entender la Inteligencia Artificial como un producto es algo erróneo, porque es mucho más, y la simplificación es un riesgo que corremos, en todos los sentidos”. “Para que esto no ocurra, es muy importante ahondar en la formación y fomentar desde Educación la cultura de esta herramienta que tanto nos puede dar”, añadió.

Carlos Fernández, guionista y director de cine de videojuegos, resaltó “el valor de unir la IA con las humanidades para que la relación máquina-humano sea la más natural posible”. “Uno de los valores más importantes es que seamos complementarios, que sepamos de más de una cosa para que afrontemos de mejor manera las nuevas competencias que nos surgen como sociedad”, apuntó.

María Moya, desde el punto de vista de la comunicación, explicó que uno de los riesgos de la mala aplicación de la IA es “no entender que la tecnología hasta ahora afectaba a lo que hacíamos, y la IA afecta a lo que somos”. La CEO de la agencia de comunicación Prodigioso Volcán recalcó “la necesidad de seguir experimentando y jugar con la herramienta hasta que nos topemos con estrategias que permitan complementarlo con nuestras corrientes artísticas y comunicativas”.

Para cerrar el debate, Àurea Rodríguez incidió en el riesgo de no entender que la IA “no es una herramienta sino una transformación”, y planteó una pregunta esencial: “¿A lo que resuelve la IA y el humano no, lo llamamos conocimiento? Deberíamos plantearnos que el gran reto no es analizar lo que la IA no pueda contestar en el chat, sino aprender a elaborar preguntas correctas y útiles que nos proporcionen ese conocimiento”.

Navarra, referente en innovación

El vicepresidente Félix Taberna, durante su intervención, recordó que, desde 2018, los distintos departamentos y sociedades públicas del Gobierno de Navarra promueven diferentes acciones para incorporar la Inteligencia Artificial tanto en el ámbito público como en el ecosistema empresarial.

Destacan entre ellas la creación en 2022 del propio NAIR Center, el centro de investigación en IA de Navarra, concebido para mejorar la competitividad del tejido productivo y convertir a la Comunidad Foral en referente en este ámbito. Este centro trabaja en estrecha colaboración con el Polo de Innovación Digital Navarra-IRIS para el desarrollo de áreas estratégicas como el procesamiento inteligente de datos, el aprendizaje automático, la IA disruptiva y la interacción entre inteligencia artificial y sociedad.

En el ámbito de la salud, en el sistema sanitario público ya se están utilizando algunas herramientas de ayuda al diagnóstico, con profesionales sanitarios siempre realizando la supervisión de todo el proceso, como es el caso de la detección temprana de retinopatías diabéticas.

En el ámbito de lo social, el Gobierno de Navarra viene explorando enfoques para optimizar el uso de la IA en el área de la atención sociosanitaria, en colaboración con el Centro VidAAs y el NAIR Center.