“Nos parece que tenemos más libertad y que elegimos lo que queremos, pero que haya mayoría de hombres en las ingenierías y mayoría de mujeres en titulaciones sanitarias se debe a que la sociedad, por distintos factores, nos conduce hacia unas titulaciones u otras. En un momento en el que tenemos mucho más conocimiento de las distintas carreras es raro que hagamos ese camino sesgado”. La reflexión es de la profesora Edurne Barrenechea, integrante de la Cátedra Mujer, Ciencia y Tecnología de la UPNA. Esta licenciada en Informática pone en valor las iniciativas que desarrolla la Cátedra para visibilizar el papel de las mujeres en titulaciones STEM y promover referentes para las nuevas generaciones, pero defiende que “se necesita una fuerza mayor”. “Debe abordarse de manera más global y con mayor implicación del Ministerio de Igualdad y los gobiernos autonómicos. Tiene un gran impacto en el empleo y la brecha de género. Lo que estudias te va a marcar para el resto de tu vida”, asegura.
Problema de carácter mundial
La falta de vocaciones STEM (siglas en inglés de Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) entre las mujeres es un problema que ocurre en todo el mundo. “En los últimos 25 años se ha producido un descenso brutal en el porcentaje de mujeres que cursan estas titulaciones. La demanda se ha reducido en ambos sexos pero sí ya eran pocas las que elegían estas carreras, ahora que está bajando, aún son menos. Y todo a pesar de tener empleo y bien remunerado”, reflexiona Barrenechea.
LA CIFRA
14 mujeres en la cátedra Mujer, Ciencia y Tecnología.
Miren Gurutze Pérez Artieda (directora), Leyre Catalán Ros, Aránzazu Jurío Munarriz, Patricia Aranguren Garacochea, Edurne Barrenechea Tartas, Silvia Díaz Lucas, Marisol Gómez Fernández, Alicia Martínez Ramírez, Nora Millor Muruzabal, Amalia Ortiz Nicolás y Idoia San Martín Biurrun (todas de la UPNA). Y del Gobierno foral están: Mª Teresa Pérez Larumbe, Mª Teresa Villanueva Beloki y Miren Edurne Maceira Martínez.
Y esta diferencia en la elección de estudios universitarios impacta de lleno en la brecha salarial. “Si existen titulaciones, como las STEM, en las que la brecha salarial se reduce, pero luego las mujeres no las eligen, esa brecha no va a menguar. Teníamos un camino para reducirla, pero ellas no están tomando esas opciones”, expone esta profesora, que considera “importantísimo que en las ingenierías haya mujeres para poder aplicar esa otra perspectiva, esa otra manera de hacer las cosas en determinados trabajos o proyectos”.
Despertar vocaciones
Para darle la vuelta a la tortilla, esta catedrática considera clave visibilizar a mujeres científicas e ingenieras. “Estudiantes de los últimos cursos, doctorandas e investigadoras STEM imparten talleres experimentales y charlas a alumnado de 2º, 3º y 4º de ESO para explicarles la ciencia de una manera divulgativa y, sobre todo, para que vean que hay chicas jóvenes a las que les apasiona lo que hacen. El estudio elaborado por el INAI constata que los talleres inciden en algunas vocaciones y que hay margen para influir, "pero muchas veces llegamos tarde”.
De ahí el papel del otro gran proyecto de la Cátedra: la obra de teatro Yo quiero ser científica dirigida a alumnado de Primaria. “Representamos a mujeres científicas del pasado y luego salimos vestidas de nosotras mismas y les contamos qué hacemos en la universidad. Las preguntas que nos hacen son sorprendentes: que si tenemos hijos, amigos, familia; que si es cierto que somos ingenieras... Nosotras les contamos que cuando éramos pequeñas tampoco sabíamos lo qué nos gustaba, pero que hacíamos deporte, que estábamos con amigos... Algo que parece obvio, pero no lo es”, explica Barrenechea, que añade que “también les decimos que todos pueden hacer lo que les gusta, que tienen el poder de elegir y que todo puede se divertido”. Y es que “hay mucha gente que sigue viendo las ingenierías como algo frío, pero la mayoría de las cosas que desarrollamos sirven para mejorar la sociedad y ayudar a los demás. Son muy entretenidas e interesantes”.
“La sociedad, por varios factores, conduce a las mujeres a unas carreras y a los hombres, a otras”
Esta catedrática reconoce que queda mucho camino por delante y que es necesario un cambio de mentalidad en el conjunto de la sociedad. “Desde que son pequeños les llega información como el hecho de que sus pediatras y maestras son mujeres. Además, según comprobamos en un estudio que hicimos en la UPNA, aún hay familiares que muestran dudas cuando una hija les dice que quiere estudiar Informática o Industrial, cosa que no pasa cuando son varones”, afirma Barrenechea, que añade que “no solo hay que despertar vocaciones STEM entre las mujeres sino también hay que trabajar para que haya más hombres en áreas de salud o cuidados. Eso ayudaría a revalorizarlas”, zanja.