Trabajadores del COA de Marcilla, preocupados por la escalada de la tensión social: “Se está proyectando una imagen distorsionada de los menores”
Sostienen que "no es justo ni ético" señalar colectivamente a todos los menores "por los actos individuales de unos pocos"
Trabajadores del Centro de Observación y Acogida (COA) de Marcilla han difundido este domingo un comunicado en el que expresan su "profunda preocupación ante la escalada de tensión social y el deterioro de la convivencia", a raíz de los incidentes que se produjeron el pasado jueves por la noche en la localidad. Asimismo, sostienen que se está proyectando "una imagen distorsionada tanto sobre los menores acogidos como sobre el trabajo que realizamos los profesionales del centro".
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"Queremos dejar claro que los menores residentes en el centro no constituyen un grupo homogéneo. Muchos de ellos muestran un comportamiento respetuoso, estudian, participan en actividades comunitarias y desean integrarse. No es justo ni ético señalar colectivamente a todos los menores por los actos individuales de unos pocos", han indicado los profesionales.
No obstante, en el comunicado reconocen que "somos conscientes de que ha habido incidentes puntuales que han generado preocupación entre los vecinos, y entendemos que exista malestar, pero nos preocupa la respuesta desproporcionada que se está generando: amenazas, comentarios hostiles, mensajes de odio e incluso agresiones verbales y físicas hacia menores que no han estado implicados en ningún conflicto". "Esta situación alimenta un clima de tensión que no ayuda a la resolución de los problemas, sino que los agrava", han advertido.
Entorno de trabajo "cada vez más inseguro"
Según han indicado, el equipo educativo del centro "también está siendo objeto de descalificaciones, señalamientos públicos y hostilidad". "Se nos responsabiliza de situaciones que exceden nuestras competencias, mientras desarrollamos nuestra labor sin los recursos necesarios y en un entorno cada vez más inseguro", han denunciado y han recordado que hace tiempo que advirtieron a las autoridades competentes y a la propia dirección del centro "sobre la gravedad de lo que está ocurriendo".
En este sentido, han manifestado que en el centro trabajan "con ratios mínimas de personal, lo que genera una carga excesiva y un desgaste emocional continuo. A ello se suma la salida voluntaria de numerosos profesionales que, ante el contexto, han abandonado el recurso por iniciativa propia, sin ser reemplazados". "Nos enfrentamos también a situaciones complejas de salud mental por parte de algunos menores, sin contar con centros especializados ni recursos adaptados para abordar estos casos", han apuntado.
Críticas a la gestión
El texto también hace hincapié en que "las decisiones de gestión nos han puesto en situaciones límites": "Se han cerrado con llave las puertas del centro sin previo aviso ni protocolo claro, impidiendo el libre movimiento de trabajadores y generando un clima de encierro no solo para los menores, sino también para el equipo".
"Hemos sido testigos de cómo se obligaba a menores a permanecer durante horas haciendo de porteros, abriendo y cerrando la puerta como si fuera su responsabilidad, sin posibilidad de descanso ni de negarse. Esta medida, además de inadmisible, va en contra de todo criterio pedagógico y de protección", han criticado.
La gravedad de las circunstancias, prosiguen los trabajadores en el comunicado, "alcanzó un punto crítico el pasado jueves, cuando el personal tuvo que abandonar el centro saltando una de las paredes exteriores. La puerta principal estaba bloqueada, no había personal de apoyo ni indicaciones de cómo proceder, igualmente se estaba viendo peligro real para los menores que tenemos a nuestro cargo ya que estaban siendo amenazados por vecinos del pueblo". "Lejos de ser una decisión tomada a la ligera, fue una acción forzada por la ausencia total de soluciones por parte de la dirección, que había sido informada de la situación sin tomar ninguna medida preventiva ni de acompañamiento", denuncian.
"Sentimiento de encierro y estigmatización"
Por otra parte, los profesionales critican "la prohibición impuesta por parte de la Alcaldía de Marcilla a los menores para acceder a servicios públicos", algo que ha generado en ellos "un sentimiento de encierro y estigmatización". "Se les ha impedido el uso de instalaciones como la piscina municipal, incluso cuando habían pagado entrada y sin haber generado incidentes. Tampoco se les permite acudir al campo de fútbol o circular libremente por el municipio, todo ello sin resolución judicial ni base legal". Estas decisiones, adoptadas de forma unilateral y con el apoyo de la dirección del centro, "vulneran derechos fundamentales reconocidos por la legislación española y tratados internacionales, y constituyen un trato discriminatorio que no ayuda a la integración ni a la convivencia", han defendido.
Sin embargo, han querido mandar un mensaje de agradecimiento a las fuerzas de seguridad, "que en los momentos más difíciles han velado por nuestra integridad y han mantenido un diálogo constante con el equipo educativo. Valoramos ese trabajo y confiamos en seguir cooperando por el bien de todos".
"También queremos poner en valor que muchos educadores han intentado dialogar con los vecinos, explicar qué está ocurriendo, reconocer errores y mediar en los conflictos. Nuestro deseo siempre ha sido contribuir a que Marcilla sea un entorno donde sea posible la convivencia, incluso en momentos complejos como los actuales", han señalado.
"Condiciones laborales dignas"
Por último, los trabajadores del COA de Marcilla han reclamado una serie de medidas a las autoridades: "Que atiendan de forma inmediata las necesidades denunciadas por el equipo educativo; que se nos dote de condiciones laborales dignas y herramientas adecuadas para una intervención real; que se abran recursos especializados para menores con problemas de salud mental; que cesen las medidas arbitrarias que vulneran derechos fundamentales; y que se promueva un abordaje institucional serio, humano y basado en la corresponsabilidad, no en el miedo ni en el castigo".
"Seguiremos trabajando con compromiso, profesionalidad y dignidad, pero no en silencio", han sentenciado.
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