Un año después de que su imagen siendo saludado por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en el aeropuerto de Moscú recorriera todos los medios de comunicación de buena parte del planeta, Pablo González Yagüe vuelve a escena. Desde entonces no ha vuelto a acaparar titulares ni grandes espacios en los informativos pero ahora regresa al primer plano tras conocerse que el Tribunal de Distritio de Varsovia (Polonia) que instruye su caso ha resuelto reanudar el procedimiento penal que permanecía suspendido y que ahora se reabre contra el periodista vascorruso. La decisión incluye la posibilidad de celebrar juicio en otoño, a finales de octubre o principios de noviembre.

La resolución judicial da un vuelco a la causa, ya que el Estado polaco, tras liberar a un preso mediante un acuerdo de intercambio de prisioneros, presenta cargos contra él. La decisión no le ha sido aún notificada a González, tal y como ayer aseguró a este medio su abogado Gonzalo Boyé.

La jueza Anna Ptaszek, portavoz del Tribunal de Distrito de Varsovia ha declarado al diario polaco Rzeczpospolita que la decisión de retomar el caso fue tomada el mes pasado. González, que trabajaba como periodista para varios medios en el continente europeo, está acusado de espionaje para la inteligencia militar rusa y fue excarcelado en agosto de 2024 tras ser incluido en el canje de 26 prisioneros acordado entre Estados Unidos y sus aliados europeos con Rusia.

Hasta entonces González permaneció más de dos años (886 días) privado de libertad en una cárcel polaca como principal protagonista de un caso enquistado, sin cargos y sin juicio, totalmente incomunicado y sin que se presentaran pruebas ni posibilidad de hacer efectiva su presunción de inocencia, mientras cada trimestre se le iba prorrogando la prisión provisional.

Ptaszek señaló que no podía revelar el motivo por el que se ha reactivado el proceso, ya que "esa información es clasificada", y añadió que fue el 11 de julio cuando el Tribunal dio la orden de retomar los procedimientos, tras recibir documentos clasificados proporcionados por los servicios de inteligencia.

El proceso se había suspendido porque González "no se encontraba en territorio polaco". El periodista que tiene doble nacionalidad, española y rusa, residía en Nabarniz (Bizkaia). Fue detenido en la frontera de Polonia con Ucrania pocos días después de la invasión de Rusia, en febrero de 2022, acusado de formar parte del GRU, el servicio secreto ruso.

González está acusado de un delito grave, circunstancia que requiere su presencia en al menos una primera audiencia para que se le lea la acusación y responda sobre su culpabilidad. La jueza Ptaszek confirmó que se enviarán citaciones a las direcciones conocidas del acusado en Varsovia, aunque actualmente no se encuentra en Polonia.

Espionaje

El acuerdo bajo el cual González abandonó Polonia hace un año no incluía la prohibición de su regreso, lo que significa que no hay "obstáculos formales" para su comparecencia, según la jueza. Si el acusado no comparece tras ser citado, el Tribunal podría llevar a cabo el proceso sin él o incluso emitir una orden de arresto internacional, lo que permitiría su detención en otros países.

González, que vive en Rusia tras su excarcelación, está acusado de espionaje en territorio polaco, donde presuntamente obtuvo y transmitió información y llevó a cabo labores de espionaje contra personas e instalaciones estratégicas de Polonia y la OTAN, según Polonia. Se enfrenta a una pena de prisión de entre 3 y 15 años. 

Las autoridades polacas le acusan de utilizar su condición de periodista para recopilar información para los servicios de inteligencia rusos. Entre otras cosas, de haber reunido información de inteligencia en Ucrania cuando este país fue invadido parcialmente por Rusia e intentó ganarse la confianza de los activistas de la oposición rusa. Tras su arresto, los servicios de seguridad locales examinaron los dispositivos electrónicos confiscados a González y encontraron informes detallados sobre las actividades de Zhanna Nemtsova, la hija del opositor ruso Boris Nemtsov, asesinado en 2015, y personas de su entorno.

En declaraciones al medio digital Periodismo Alternativo hechas públicas ayer, Pablo González señala que "no me pueden juzgar en ausencia. No me pueden hacer ya nada desde la distancia. Solo amenazar e intentar que no pueda pisar de manera segura la Unión Europea". González asegura que las acusaciones contra él "no tienen nada que ver con espionaje, sino con el simple ejercicio del periodismo, en especial del periodismo de investigación".