Íñigo Medrano Eraso (Pamplona, 2001), que acaba de finalizar sus estudios del Máster Universitario en Ingeniería Industrial en la Universidad Pública de Navarra (UPNA), ha diseñado y construido un coche eléctrico para competir en pruebas de resistencia. Este proyecto, desarrollado como trabajo de fin de máster bajo la dirección del profesor del Departamento de Ingeniería e investigador del Instituto de Smart Cities (ISC) Daniel Salcedo Pérez, ha dado lugar a un vehículo preparado para la competición Greenpower Iberia, centrada en la innovación y la sostenibilidad. Este campeonato suministra el motor y las baterías a quienes participan, por lo que el reto consiste en mejorar el resto del vehículo: la estructura, las ruedas, el funcionamiento y el consumo de energía.
“A principios de este curso, allá por octubre, desde el colegio Miravalles-El Redín de Pamplona, me propusieron colaborar con ellos en una de sus actividades extraescolares en la que participan, la competición Greenpower Iberia, con la idea de diseñar y construir un coche con el que competir —explica Íñigo Medrano—. No dudé y me lancé de cabeza a este proyecto, que se ha convertido en mi trabajo de fin de máster”.
“Con recursos limitados”, tal como señala, ha logrado fabricar un coche eléctrico tras haber diseñado el chasis, la dirección, las ruedas, el esquema eléctrico, la transmisión y la carrocería. Su trabajo ha incluido soluciones para reducir el peso, facilitar el control en las curvas y mejorar el uso de la energía durante la carrera. Entre las decisiones adoptadas, Íñigo Medrano eligió ruedas más ligeras y piezas que permitieran adaptarse mejor al recorrido sin complicar el mantenimiento del coche.
De bici a coche
La estructura del vehículo la ha construido a partir de cuadros de bicicleta, que han sido adaptados y reforzados para soportar el esfuerzo de la competición sin añadir peso innecesario. Asimismo, ha diseñado un sistema eléctrico seguro que incluye luces de freno, un sistema de desconexión en caso de emergencia y un control eficiente de la batería.
En el proceso de fabricación del vehículo, ha recabado apoyos de empresas e instituciones en calidad de patrocinadores, como Grupo Navarsuecia, Autocares Artieda, Centro Auditivo Sancho Ramírez, la UPNA, TECNUM-Escuela de Ingeniería de la Universidad de Navarra y el colegio Miravalles-El Redín, donde cursó sus estudios preuniversitarios. “Gracias a este proyecto, no solo me he codeado con bastantes empresas del sector o utilizado software para ingeniería, diseño industrial y simulación, sino que también he sido el profesor encargado de una actividad extraescolar para un grupo de chicos de 3.° de la ESO”, describe Íñigo Medrano, quien, antes del máster, cursó en la UPNA el Programa Internacional del grado en Ingeniería en Tecnologías Industriales.
Según los resultados del proyecto, las decisiones tomadas por este estudiante de Ingeniería han mejorado “la eficiencia energética, la estabilidad y la competitividad del coche dentro de la normativa de la competición”. Como próximos pasos, se plantea realizar pruebas en pista y utilizar simulaciones por ordenador para seguir perfeccionando el diseño y aumentar su competitividad.