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DESAYUNOS DNN CON TABERNA
Javier López VallejoExportero de Osasuna y director del departamento de Psicología de la Real Federación Española de Fútbol

Desayunosdnn con Taberna: “Para un navarro y osasunista, debutar en el primer equipo es lo máximo”

Pamplonés de nacimiento, Javier López Vallejo habla sobre su infancia, su paso por la fila rojilla y su otra gran vocación: la psicología, así de cómo ayuda mentalmente en el vestuario de la selección absoluta

Desayunosdnn: “Para un navarro y osasunista, debutar en el primer equipo es lo máximo”DIARIO DE NOTICIAS

Javier López Vallejo abre el ciclo Desayunos DNN con Taberna, donde conversa sobre su trayectoria como portero osasunista, la transición a la psicología deportiva y su labor actual en la selección española de fútbol, acompañando a los jugadores en la fortaleza mental.

¿Qué recuerdos te vienen a la cabeza de tu infancia en Pamplona? ¿Ya soñabas con ser portero?

Crecí en el barrio de San Juan. Allí mismo estudié y viví una infancia muy bonita. Al ser una ciudad tan pequeña, todo era muy cercano, y eso me ayudó mucho cuando, siendo todavía un adolescente, ya me tocó empezar a viajar por el fútbol.

¡Y sí, lo de ser portero viene de muy pequeño! Desde crío me atraía ponreme los guantes y, desde luego, se lo debo a mi padre. Pasaba horas con él en la Vuelta del Castillo.

Podemos decir que quien te metió el gusanillo del fútbol fue tu padre.

Sin duda. A él le apasionaba mucho. Además, mi tío fue entrenador del Promesas, así que el ambiente siempre estuvo ahí. Con ese entorno, la afición por el fútbol y por Osasuna me caló mucho más.

¿Recuerdas la primera vez que entraste en El Sadar como aficionado?

No la recuerdo con exactitud, pero sí tengo muy grabado que me encantaba ir al Sadarcillo y disfrutar de esa sensación de estar en la grada, muy, muy cerca del campo.

Siempre se dice que ser navarro imprime carácter… ¿Eso se nota también bajo los palos?

Sin duda. Recuerdo que Javier Clemente decía que en cada equipo debía haber un navarro, y no le faltaba razón. Transmitimos nobleza, lealtad, y en deportes de equipo es clave tener gente que aporte estabilidad y cohesión. Ahora mismo en la selección hay varios navarros que son un perfecto ejemplo de ello.

¿Qué significó para ti debutar en Osasuna?

Fue algo increíble. Con 16 o 17 años ya subí para entrenar con el primer equipo y para un navarro y osasunista es lo máximo.

¿Cómo recuerdas tus días en el vestuario rojillo?

En Osasuna siempre hubo mucha gente de cantera, así que el vestuario era muy familiar. Era una época con pocos extranjeros, pero los que había, como Jan Urban, eran de gran nivel. Se organizaban comidas entre semana, íbamos a las antiguas piscinas de Osasuna a hacer calderetes... Cosas que hoy parecerían impensables, pero que creaban un ambiente muy sano y unido.

¿Qué diferencia ves entre el fútbol de tu época y el de ahora?

Los vestuarios son el reflejo de la sociedad, y hoy no se parecen en nada a los de antes, igual que la sociedad tampoco. Han cambiado muchas cosas para mejor: los futbolistas ahora tienen más recursos para ser competitivos y se han convertido en auténticos atletas.

La periodista Itxaso Mitxitorena en un momento de la grabación de la entrevista con el exportero rojillo, Javier López Vallejo

Después de colgar los guantes… ¿Cómo viviste ese momento?

No fue traumático; justo me fui a jugar a Grecia y las costumbres eran similares. Esa etapa me dio tiempo para otras actividades y me preparó mentalmente para lo que venía. No sentí desapego por el fútbol, pero creo que es crucial preparar la retirada para dar el salto a la “vida real”.

¿Qué te aporta ayudar a deportistas desde la mente como psicólogo de la selección española de fútbol, tras haber estado tú en su lugar?

Es muy reconfortante porque me permite dar respuesta a situaciones que yo mismo viví como jugador. Poder acompañar a los futbolistas o al cuerpo técnico me hace sentir útil y parte del grupo.

¿Hay algo que desearías haber sabido sobre la mente cuando eras jugador?

La experiencia y el conocimiento te dan herramientas que de joven no tienes. En mi caso, sufría mucho más con las derrotas de lo que disfrutaba las victorias. Para mí, ganar era casi una obligación, y por eso no lo saboreaba como debía. Con el tiempo aprendes a relativizar y a ganar perspectiva, lo que te ayuda a tomar mejores decisiones y a disfrutar del proceso.

¿Consideras que el portero tiene que tener una mayor fortaleza mental?

El portero, en particular, vive una presión única: puede cometer un error y luego pasar 8 o 10 minutos sin tocar el balón, rumiando ese fallo. Un jugador, en cambio, tiene la oportunidad de resarcirse. Por eso, es crucial que un portero tenga una fortaleza mental extraordinaria.

¿Cómo es una sesión con Javier López Vallejo como psicólogo?

En la selección trabajamos con los jugadores en períodos muy cortos, y esa dinámica nos obliga a generar confianza de manera rápida. La clave está en ser cercano y práctico. Aun así, gran parte de la atención se centra en el seleccionador.

¿Qué enseñanzas te ha dejado el fútbol que aplicas en tu día a día?

Creo que el deporte, y en concreto el fútbol, te enseña valores que son totalmente aplicables tanto al mundo empresarial como a la vida personal. La lección más importante es que te convierte en un experto en gestionar la incertidumbre.

¿Qué le dirías al “Javi” de 16 años que empezaba a soñar con ser portero?

Que disfrute de cada momento y que entienda que siempre hay elementos que se escapan de nuestro control.

¿Sigue habiendo una parte de ti que se emociona cada vez que ves a Osasuna jugar en El Sadar?

¡Sí! Ser navarro lleva implícito ese germen de pertenencia de Osasuna. Cada vez que vuelvo a El Sadar, revivo todos esos momentos de mi juventud.