La idea de que consumir carbohidratos por la noche es perjudicial lleva décadas circulando, pero según explica el nutricionista Javier Fernández Ligero (@nutriligero), esta creencia tiene más relación con el estilo de vida sedentario que con el propio alimento. Cuando pasamos gran parte del día sentados, como ocurre en muchos trabajos de oficina, el cuerpo llega a la noche con una demanda energética muy baja. Si en ese momento se ingieren carbohidratos como pan, pasta, arroz, patata, boniato, pizza o cereales, la glucosa en sangre aumenta rápidamente, la insulina se activa y se genera una respuesta inflamatoria nocturna que favorece la acumulación de grasa. En estos casos, el problema no es el carbohidrato en sí, sino el contexto en el que se consume.
Cuando hay ejercicio, el cuerpo los utiliza mejor
El nutricionista aclara que cenar hidratos no es algo negativo para todo el mundo. Cuando antes de la cena se ha realizado actividad física —por ejemplo, un entrenamiento de fuerza, una sesión de crossfit, una clase de ciclismo indoor, una carrera suave o incluso una caminata rápida de 40 a 60 minutos— el metabolismo actúa de forma muy diferente. En estas circunstancias, los carbohidratos que se consumen por la noche se almacenan como glucógeno en los músculos, lo que contribuye a la recuperación y asegura energía para el día siguiente. En este escenario, alimentos como arroz, pasta integral, quinoa, pan de calidad o boniato pueden ser perfectamente adecuados para la cena.
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La redacción de DIARIO DE NOTICIAS seleccionará las preguntas de los lectores que se publicarán en noticiasdenavarra.com, siempre acompañadas de la respuesta del nutricionista.
La clave está en adaptarlos a la actividad diaria
Más que prohibir los carbohidratos por la noche, Fernández Ligero insiste en que lo importante es aprender a usarlos en función del nivel de actividad. En días muy sedentarios, es preferible priorizar cenas basadas en proteínas, verduras y grasas saludables, dejando los hidratos para momentos en los que el cuerpo realmente los necesite. En cambio, en jornadas con ejercicio, incluir carbohidratos puede ser beneficioso, ya que el organismo está preparado para utilizarlos como combustible en lugar de acumularlos. En definitiva, la hora a la que se consumen los carbohidratos importa menos que el estilo de vida y el movimiento que realizamos durante el día.