Las farmacias españolas quieren ser refugio de las víctimas y servir de freno frente a la violencia de género, un compromiso recogido en un nuevo protocolo de actuación impulsado por el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos de España y los Ministerios de Igualdad y Sanidad.
Las boticas son, en ocasiones, el único lugar de confianza al que pueden recurrir las mujeres que sufren violencia de género y por eso la profesión farmacéutica ha reforzado su compromiso con la detección temprana del maltrato, el acompañamiento y la derivación de las víctimas a recursos especializados.
Ese es el objetivo del nuevo 'Protocolo de actuación en la Farmacia Comunitaria ante la Violencia contra las Mujeres', presentado este miércoles en una farmacia del centro de Madrid.
El presidente del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos de España, Jesús Aguilar, ha explicado que cada farmacia es "una puerta abierta", "un espacio seguro y cercano" que puede servir para prevenir, detectar y apoyar a las víctimas de violencia de género.
El nuevo protocolo, que actualiza uno anterior, refuerza los objetivos de sensibilizar, informar y detectar precozmente situaciones de violencia, con especial atención a la especial vulnerabilidad de las mujeres con discapacidad, migrantes, rurales, embarazadas, mayores, en exclusión social o con hijos menores de edad.
Incluye pautas muy claras de cómo deben actuar en las farmacias ante distintos escenarios, por ejemplo, ante una víctima que no quiere ser derivada a un recurso especializado, ante una que convive con su agresor, ante una que es menor de edad, ante una que es madre de menores o ante víctimas de violencia sexual.
Se trata de que el farmacéutico o farmacéutica sepa cómo debe actuar cuando se encuentre ante una víctima, bien porque ella lo cuente o bien porque detecte síntomas de sospecha, o ante un tercero que relate una situación de violencia. Escuchar, informar, derivar.
"Las farmacias son espacios seguros que no necesitan cita previa, donde se escucha, se acompaña y se aconseja con profesionalidad", ha destacado Aguilar, que ha informado de que en España existen más de 22.000 farmacias (el 70 % en la España rural) con casi 55.000 profesionales, siete de cada diez de ellos, mujeres. Cada día entran en una de ellas 2,3 millones de personas.
El presidente del Consejo ha defendido que las boticas son un activo estratégico para detectar la violencia y el nuevo protocolo constituye un recurso imprescindible para seguir salvando vidas. Son y seguirán siendo, ha dicho, "un refugio y un freno contra la violencia" porque 14.000 de ellas ya se han constituido en punto violeta.
La ministra de Sanidad, Mónica García, ha incidido en que las farmacias son puntos de proximidad y confianza y, en muchas ocasiones, el único lugar de apoyo para las víctimas en la España vaciada.
La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Carmen Martínez Perza, ha destacado que las víctimas pueden acudir a las farmacias, un recurso cotidiano y accesible, a pedir ayuda sin que nadie de su entorno se dé cuenta, algo muy importante porque muchas tienen miedo y no quieren que se las vea acudiendo a la policía o a un centro de la mujer.
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha calificado de "enorme triunfo" el hecho de que las farmacias formen parte de la red de lucha contra las violencias machistas.
Además del protocolo, los ministerios y el Consejo de Colegios de Farmacéuticos han rubricado un convenio de colaboración para ofrecer formación en violencia de género a los profesionales de la farmacia.