La fuga de cloro acaecida en las piscinas del polideportivo Majori-Altamira de Ordizia este pasado lunes hace resurgir el interés respecto al uso de este componente en instalaciones acuáticas. ¿A qué se debe?, ¿qué riesgos entraña?, ¿cuál es el mantenimiento que se debe llevar a cabo? Este periódico ha tratado de aclarar estas y otras dudas con un experto en la materia.

Tal y como recuerda a este periódico Luisma Arina, gerente de Argysan, una de las principales empresas de productos de fitness y mantenimiento de piscinas del territorio, el cloro es “el producto más habitual en la desinfección de las aguas” de estas instalaciones, “en sus diferentes presentaciones”, como puede ser en formato líquido, en pastilla o en grano. La incorporación del cloro se realiza mediante “equipos de dosificación” presentes en polideportivos u otros lugares que contengan estos embalses, que se encargan regular y controlar los niveles de este y otros elementos y, “en base a los parámetros previamente introducidos en los mismos” y de acuerdo al reglamento sanitario existente para piscinas de uso colectivo. En caso de que fuese necesario, estos equipos se encargan de aportar una mayor cantidad de producto.

Y es que el hipoclorito sódico, nombre técnico de lo que comumente se conoce como cloro líquido, no es el único componente importante en el mantenimiento de las piscinas. También es relevante el uso de reguladores de pH, tal y como puntualiza Arina; en el caso del polideportivo de Ordizia se trata de ácido sulfúrico, que sirve “para disminuir el pH del agua”. Cabe destacar que Argysan ha sido la encargada de proproporcionar a Majori-Altamira los productos necesarios para la puesta en marcha de las instalaciones acuáticas tras el accidente del lunes.

El uso del cloro no entraña riesgos para las personas, “simpre y cuando se utilicen EPIs” o equipos de protección individual que incluyan mandiles, guantes, gafas y similares “durante su manipulación”, subraya el gerente de Argysan. El peligro se da cuando el cloro y el ácido sulfúrico se mezclan directamente entre sí, ya que la reacción química que se produce crea “una nube tóxica de gas cloro” que puede tener consecuencias en la salud de la ciudadania e incluso afectar al estado de las instalacionesdeportivas.

Por tanto, fue esa nube tóxica la responsable del desalojo de las personas presentes en el polideportivo de Ordizia la tarde del lunes, así como de la hospitalización de siete de ellas, y no la fuga de cloro en sí. Estas tipo de situaciones no suelen ser frecuentes, ya que “hay que tener en cuenta que todas las instalaciones deportivas con piscina disponen de estos productos y los accidentes son pocos”, debido al correcto mantenimiento que se suele llevar, aunque cuando los incidentes ocurren “causan un gran revuelo mediático”, reconoce Arina. En esta ocasión, “por suerte, no ha habido heridos de gravedad”, comenta con alivio.

La mezcla de cloro con ácido sulfúrico no se suele dar por confusión de la plantilla de mantenimiento de centros deportivos, ya que, tal y como recuerda el gerente de Argysan, “el personal que manipula este tipo de productos es conocedor de los riesgos que ello implica y tiene formación sobre manipulación de productos peligrosos. Sin embargo, es posible que esto suceda de manera casual, como ha sucedido en Ordizia, como también tuvo lugar en Hernani en noviembre, o en Tolosa en el año 2017. Este tipo de incidente habitualmente “se producen por errores humanos”, según indica Arina, aunque en el caso de Majori-Altamira “todo indica que se ha debido a la rotura fortuita de alguna tubería”.

Por ello, el correcto mantenimiento de las piscinas es clave para que este tipo de situaciones se puedan evitar. Las labores de control y regulación se realizan de manera diaria en este tipo de instalaciones, si bien Arina matiza que, en el caso de la manipulación de productos químicos, se puede dar “cada varios días”.