El policía foral, que se encontraba fuera de servicio, no daba crédito cuando al transitar por la carretera de Lazagurría a Mendavía, cerca del acceso a esta localidad, observó en mitad de la carretera que volaban una especie de octavillas de papel. "Al principio pensé que eran unos documentos, o unos folletos. Desde lejos no se distinguían bien porque estaban esparcidos por la calzada. Pero, conforme llegaba con el coche, empecé a reducir la velocidad, los papeles salieron volando y me di cuenta que la mayoría de esos papeles eran billetes de 50 euros", cuenta este agente de 46 años, destinado en Tráfico y que forma parte del cuerpo autonómico desde 2009.

El suceso ocurrió al mediodía del 23 de septiembre. El policía se vio sorprendido de aquel hallazgo y decidió hacer lo que correspondía: "Frené en seco y di un volantazo, dejé el coche en el arcén y me puse a recoger todos los billetes que había esparcidos", narra el agente. En total, recopiló 905 euros desglosados en 15 billetes de 50 euros, tres de 20, cuatro en diez y uno de cinco euros. También en la propia vía encontró una cartera, con un dibujo de una game boy, y algunas anotaciones de teléfonos manuscritas. No había ninguna documentación física. Tan solo esas notas. El policía foral acudió al cuartel de la Guardia Civil, que se encuentra a 100 metros, para dejar en depósito la cantidad de billetes encontrada, así como la cartera. A los cinco días hubo premio. Fue entonces cuando el propietario de la billetera, un joven de Mendavia, telefoneó a las dependencias del Instituto Armado para saber si alguien había encontrado su cartera. Y tuvo la suerte enorme de que el policía le hizo de recolector de los billetes perdidos y había entregado todo lo que se encontró.

"Tanto el chico, como un tío suyo me lo agradecieron de verdad. Incluso me dijeron que había algún billete más y ya les advertí de que entonces era factible que el resto de billetes estuvieran en algún ribazo de la carretera. Yo recogí los que pude ver en el camino", recuerda el agente.

Una vez que contactaron entre ellos, descubrieron por qué los billetes acabaron finalmente en mitad de la carretera. El dueño de la cartera había repostado diésel en una gasolinera que se encuentra en las inmediaciones. Mientras realizaba la acción, dejó la cartera en el capó del vehículo, pero luego no recordó dónde la había depositado. De esta forma, emprendió de nuevo la marcha y la cartera salió desperdigada a 300 metros del área de servicio. Y así fue que el policía foral se los encontró en mitad de la vía sin explicación aparente. "Pensé que era propio de una película. Me dije no puede ser que esté tanto dinero volando en el aire. Al menos hemos solucionado el problema al que lo perdió".