Tres agentes de la Guardia Civil han reanimado este martes a un bebé de un año en Corella. El suceso ocurrió hacia las 20:15 horas cuando, un agente que se encontraba fuera de servicio paseando a su perro, alertó de los gritos de auxilio de la madre del niño. Dos agentes que se encontraban en el cuartel acudieron en su ayuda. La madre afirmó que el niño no respondía.
Juanma Villanueva, el agente que reanimó al bebé, al percatarse de que el menor no respondía a ningún estímulo y que no se percibían las constantes vitales, comenzó a realizarle una reanimación cardiopulmonar hasta que recuperó las constantes vitales y la consciencia.
"No reaccionaba al moverlo delicadamente con mis brazos así que comencé con la reanimación. Los compañeros me dijeron que fueron unos tres minutos de intento de reanimación hasta que comenzó a reaccionar moviendo los pies. Puse la mano sobre su pecho y noté una aceleración súbita del corazón", explica el agente.
Mientras el agente Villanueva reaccionaba al menor, los otros agentes preguntaron a la madre por los datos del menor. Ella admitió haber proporcionado al bebé el medicamento "Apiretal" debido a que sufría fiebre, pero la Guardia Civil, al tomar los datos del niño, eliminó la posibilidad de intoxicación al ser una cantidad "ajustada al peso del menor".
"El personal sanitario del Centro Médico de Corella llegó a los diez minutos, y fueron quienes realizaron las pruebas necesarias para estabilizarlo", explica Villanueva. "Tratamos de relajar a la familia que se encontraba muy nerviosa y, tras un rato largo de verificaciones, el bebé pudo volver a casa con su familia", añade.
Los servicios sanitarios aconsejaron a la familia acudir al día siguiente al pediatra para dar una justificación médica a lo ocurrido. El pediatra argumentó que se trataba de "una reacción brusca al cambio de temperatura, generada por una febrícula".
El bebé se encuentra bien y está en casa con su familia.