Se trataba de una operación de altos vuelos y, de hecho, fue calificado como el mayor alijo de droga descubierto en Aragón. En una furgoneta Mercedes Vito negra que se estrelló tras una persecución policial, que requirió incluso de un tiroteo, se encontraron fardos de hachís que sumaban hasta 1.200 kilos. El vehículo se accidentó en la Autovía del Pirineo (A-21) a la altura de la salida 42 en Liédena y en el término de Yesa después de que la Guardia Civil y la Policía Foral fueran alertados por Policía Nacional de que unos peligrosos narcotraficantes se adentraban en territorio navarro.
Antes, pese a que el seguimiento policial con coches de incógnito tenía localizado un vehículo lanzadera que usaba la organización, se encontró con que otro vehículo le adelantaba a toda pastilla y buscaba luego ralentizar al mínimo su paso para que no siguiera a la furgoneta. los narcos llegaron a pensar que era una banda rival la que les perseguía y el conductor de la Mercedes Vito giró por completo el sentido de su marcha y embistió a un coche en el que dos guardias civiles resultaron heridos. Sin embargo, la colaboración policial dio sus frutos, la furgoneta emprendió una alocada huida por carreteras secundarias hasta llegar a la autovía y una vez allí terminó empotrada contra el guardarraíl.
El hallazgo de más de una tonelada de droga en la camioneta llevó hasta un adosado en Sos del Rey Católico donde vivían los tres traficantes, de nacionalidad francesa y origen magrebí. En el registro de la vivienda fue encontrada otra toneladas de droga hasta completar los 2.061 kilos de resina de cannabis así como otros 19 kilos de cannabis que tenían en su poder. En el mercado ilegal los dos alijos habrían alcanzado un valor de 4.271.369 euros y de 37.788 euros, respectivamente.
Los acusados, en prisión provisional desde los hechos ocurridos en julio de 2022, aceptaron un acuerdo en la Sección Primera de la Audiencia de Zaragoza. Todos fueron condenados por los delitos de pertenencia a grupo criminal, contra la salud pública y falsificación de documento público.
El mayor castigo recayó en Nabil F., condenado a 8,5 años debido a que era el conductor de la furgoneta y se le aplican también los delitos de atentado a la autoridad, conducción temeraria y tenencia de armas prohibidas. A Djibril T. le imponen siete años de cárcel por añadir el delito de depósito de armas de guerra, mientras que Tarik B se conformó con 4 años de prisión. La Sala decidirá más adelante si deben ser expulsados.
Tras circular a 200 km/h cargado con la droga en la furgoneta, Nabil F. sufrió el siniestro y buscó protegerse tras el vehículo. Encañonó a los agentes y estos dispararon al aire. Él echó a correr a pie y los agentes le apresaron a los pocos metros.