En la calle Alostra, la paralela a la de Concejo de Zabalegui en la que se produjo la explosión de Noáin, los cascotes esparcidos por el suelo daban cuenta de la magnitud de lo ocurrido.
Varios edificios se vieron dañados por los restos que salieron disparados tras la deflagración y en uno de ellos vive Alberto Martínez, un vecino de Noáin que este lunes seguía impactado por lo ocurrido: "Hemos pasado muy mala noche, no hemos podido dormir nada".
Alberto se encontraba junto a otros vecinos en las inmediaciones del área acordonada por la policía, a la espera de que le dejasen entrar en su casa para coger ropa y enseres personales.
"Yo estaba en casa cuando ocurrió todo. Había vuelto de trabajar y ya estaban allí los técnicos, que nos dijeron que sacásemos los coches del garaje y nos fuésemos. Entonces entré al garaje y cuando iba a salir escuché un bombazo terrible y salí corriendo", rememora el vecino, que ha pasado la noche en un hotel, donde volverá a dormir este martes.