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Condenados a 8 años de expulsión por asaltar con una tapa de alcantarilla un bar en Pamplona

Dos procesados entraron a la fuerza junto a una menor en el local en diciembre de 2022 y la Sala les sustituye la pena de 3,5 años de cárcel

Condenados a 8 años de expulsión por asaltar con una tapa de alcantarilla un bar en PamplonaRedacción DNN

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra ha condenado a dos jóvenes en situación irregular y de origen marroquí, a la pena de tres años y seis meses de prisión, condena que les sustituye por la expulsión durante ocho años del territorio nacional, por haber robado en compañía de una chica menor de edad usando una tapa de alcantarilla en el interior de un bar del centro de Pamplona en diciembre de 2022. Además de este robo, en el que solo pudieron sustraer 20 euros y la caja, también accedieron a la fuerza, usando el mismo método, en otra vivienda deshabitada del Ayuntamiento de Pamplona.

El tribunal ha confirmado así una sentencia del Juzgado de lo Penal número 1 y da por probado que el 21 de diciembre de 2022, a las 0.44 horas, los acusados, rompieron primero con una tapa de alcantarilla un cristal de un portal de la capital navarra de propiedad municipal para entrar a robar. Subieron por las escaleras, golpearon la puerta para acceder pero no encontraron nada de valor. Causaron daños por 1.421 euros en el inmueble.

Luego, sobre la 1.05 horas, se dirigieron juntos al bar Tomás, ubicado en la calle Leyre de Pamplona. También usaron una tapa de alcantarilla para romper el cristal de la puerta de entrada y así la menor entró al interior y los otros dos procesados la esperaron fuera. La chica sustrajo la caja registradora, que tenía la llave puesta, un billete de 20 euros y salió del local. Poco después fueron identificados por la Policía Municipal de Pamplona.

La Sala desestima el alegato de que no había pruebas o del consumo de tóxicos

La defensa de los procesados recurrió la condena alegando que no existían pruebas en su contra y que esa noche no se había cortado hasta manar sangre con la cristalera, sino porque era adicto a los estupefacientes y se había causado lesiones. Sin embargo, la Audiencia desestima sus alegaciones. Recuerda que ambos condenados reconocieron ellos mismos que la noche de los hechos se encontraban juntos y que pidieron perdón a la propietaria del bar en el acto del juicio. Además, en el informe de Urgencias se señala que ambos presentaban esa noche heridas cortantes en la mano y en el antebrazo.

Igualmente, uno de los policías manifestó que había sangre en el bar y que si seguía el rastro de la misma se llegaba hasta la vivienda en la que intentaron robar previamente. Las cámaras, si bien no identifican plenamente a los procesados, ayudan a concretar que a los hora de los hechos pasaron dos varones y una mujer hacia el lugar del robo. Se les detuvo in situ en el local, la calle estaba entonces desierta y no había nadie en las inmediaciones, relata la sentencia. Además, dentro del bar había una huella dactilar de uno de los condenados

A la vista de todo ello, la Sala mantiene el pronunciamiento de la jueza de lo Penal 1, que decía: “La hora en la que sucedieron los hechos, la cercanía espacio temporal de la vivienda y el bar, la sangre dejada desde el inicio compatible con los cortes que tenían los acusados y la dinámica de ejecución de los dos hechos permite concluir que los autores de ambos fueron los mismos y que se trató de los dos procesados, acompañados por una tercera persona (la joven menor de edad), que será juzgada en Menores. En conclusión, la prueba ha sido plena”, concluyó el juzgado.

En la apelación, la defensa también aludió a unos informes de salud mental por un trastorno psicótico por consumo de cannabis de uno de los procesados. “Lo cierto es que nada se acredita acerca de la afectación real y actual de sus facultades en el momento de cometer los hechos; más bien al contrario, ni el informe médico ni la declaración de los agentes apuntan a que se encontrara bajo el efecto de drogas.