La actividad policial en Pamplona se disparó este pasado fin de semana. La Policía Municipal registró veinticuatro accidentes de tráfico y un siniestro laboral que dejaron tres heridos leves y un herido grave. A ello se sumaron 335 intervenciones por problemas de convivencia, ruidos, discusiones, auxilios a personas mayores y otras incidencias que suelen marcar el pulso nocturno y festivo de la ciudad.

El accidente más grave ocurrió en el polígono de Landaben. Un conductor de 31 años impactó con fuerza contra un camión estacionado en la calle A poco antes de la medianoche del sábado. La prueba de etilometría reveló una tasa de 0,84 miligramos por litro, más del triple del límite permitido. El golpe lo dejó herido de carácter grave.

Accidente atendido por Policía Municipal el fin de semana en la Rochapea.

La madrugada del domingo dejó otro episodio especialmente complicado. Un joven de 20 años chocó contra un árbol a las 2.30 horas en la Rochapea y abandonó el lugar a pie. La patrulla lo localizó en las inmediaciones y acabó detenido por un rosario de infracciones: conducir bajo los efectos del alcohol, negarse a realizar la etilometría, carecer de permiso de conducción y atentado contra la autoridad.

El balance del fin de semana lo completan las más de 490 pruebas de alcohol y drogas realizadas en distintos controles. Cinco personas dieron tasas que constituyen delito y otras diecisiete arrojaron niveles sancionables administrativamente. Además, dos conductores circulaban sin carné y una persona fue investigada como cooperadora necesaria por permitir que un conductor no autorizado se pusiera al volante.

Pamplona entra así en una nueva semana con un recordatorio claro: el alcohol, la noche y el volante forman una mezcla que sigue dejando demasiadas páginas negras en los partes policiales.