Como experto en tecnología de la construcción, el presidente de Green Building Council España (GBCe), Justo Orgaz, analiza en esta entrevista el impacto de la digitalización en la edificación y cómo han evolucionado los espacios en los que vivimos.

¿Cuál considera que ha sido el mayor avance en esta última década en el sector de la edificación?

Probablemente, la tendencia a la reducción de los impactos negativos en el medio ambiente y en la vida de las personas, lo que englobamos bajo el término sostenibilidad de la edificación, sea uno de los avances más destacables.

No es que se trate de una preocupación nueva. Ya se compartía entre minorías dentro del sector hace varias décadas. La novedad radica en que de las minorías ha escalado, con mayor o menor grado de profundidad, no aún a las mayorías, pero sí a parte importante del sector. Y esta escalada, junto con la conciencia desde el plano político, ha desencadenado la activación de importantes agendas.

¿La tendencia de la sostenibilidad en la arquitectura es solo una moda pasajera?

No puede serlo. De manera natural, la idea de sostenibilidad dejará su huella en la arquitectura como lo han hecho preocupaciones de escala similar en el pasado: la seguridad, la vivienda para todos….

La sostenibilidad de la edificación responde a una preocupación muy elevada sobre el impacto de la actividad humana en general, y alcanza a todo el ciclo de vida de la propia edificación. Es por esto que se habla de una transformación sistémica del sector que afecta a la educación, la industria, el diseño, la construcción, la valoración, la propiedad.

Desde la perspectiva que tenemos hoy, se pude decir que va a ser una transformación muy exigente y de mucho calado para la disciplina de la arquitectura, por lo que resulta difícil visualizarlo como una moda pasajera.

¿Cómo espera que sea el futuro de la edificación?

Las tendencias activas a lo ancho del sector y las Agendas Globales tienen bastantes puntos de encuentro, por lo que no es difícil imaginar un sector de la edificación que haya asimilado varias cuestiones como el lenguaje del carbono –tanto para la proveer confort como para construir y transformar edificios–,el lenguaje del residuo –que puede traer consigo importantes variaciones en el concepto de valor de la edificación–, la industrialización –que puede colaborar a una medición precisa de los impactos de la fase de construcción y a una gestión óptima de los materiales–, y la digitalización de toda la cadena de valor del sector –que puede acelerar la cultura de la medición del impacto–.

En el área de la actividad, atendiendo a la Agenda Urbana, el foco podría encontrarse en la Rehabilitación –que trata de despegar en estos años– y en la regeneración urbana–que podría llegar a convertirse en el principal vector de desarrollo del sector–. No obstante, en el contexto actual existen muchos factores de mayor rango que pueden alterar este rumbo, por lo que es difícil asegurar que todo esto ocurra y en el tiempo que se espera.

¿Cómo han evolucionado los espacios construidos tras la pandemia?

Durante la pandemia hemos vivido momentos de alta conectividad y de mucha agitación y ansia por predecir el futuro, lo que quizá sea un síntoma de nuestra poca tolerancia a la alteración, y se ha hablado mucho en el sector de cómo sería el mundo postpandemia.

La realidad es que, cuando miramos atrás en el libro de la Historia, vemos que la humanidad ha pasado por cosas similares más veces, y que la historia de la ciudad puede leerse en algunas etapas como la historia de la respuesta a pandemias. Esta que hemos vivido, ha abierto o impulsado algunas reflexiones.

En la escala de edificio, probablemente lo más destacable sea una vuelta a la necesidad de espacio exterior en la vivienda, independientemente del tipo, y la existencia de espacios libres de función en los que poder asimilar los cambios en los hábitos propios.

En la escala urbana, se ha puesto de relieve lo acertado de los modelos de ciudad por los que aboga la Agenda Urbana. La ciudad densa, compacta y compleja, responde bien al tópico de “la ciudad de los 15 minutos” y a la idea de ciudad salubre.

¿Por qué considera que la sostenibilidad es un paso evolutivo para la especie humana?

Hay bastante evidencia, y un gran consenso, sobre la gravedad del impacto de la actividad de la mayoría de las sociedades actuales en el medio natural. Impacto que se está convirtiendo en una serie de amenazas importantes para la propia humanidad. El consenso existe en el plano científico, político, económico, incluso en el espiritual. Podríamos decir que no estamos siendo unos buenos gestores del recurso natural, y que ello está poniendo en riesgo el propio edificio de nuestra sociedad.

De modo que eso que llamamos “sostenibilidad”, que podría entenderse como el uso de los recursos naturales sin comprometer el acceso de próximas generaciones a ellos, va a requerir de una gran evolución en todos los planos: en el científico, en el técnico, en el social, en el individual…

¿Qué cambios cree que pide urgentemente el sector de la edificación?

Como decía al imaginar el futuro de la edificación, hay varias tendencias activas fruto del desarrollo de la práctica, y varias agendas programadas fruto de la reflexión colectiva. Creo que el principal cambio debe ser la cooperación dentro del propio sector para hacer que ambas cosas conecten y alcancen su máximo nivel de ambición, para ofrecer a las sociedades futuras un espacio construido duradero, flexible, de bajo impacto, y bello, donde desarrollarse libremente.