La Comunidad Foral de Navarra ha reafirmado su compromiso con la sostenibilidad ambiental y la lucha contra el cambio climático a través de la Ley Foral 4/2022. Esta normativa pionera establece un marco regulatorio ambicioso que impulsa la descarbonización de la economía navarra y la transición hacia un modelo energético más limpio y eficiente.

Una de las novedades más destacadas de esta ley es la prohibición de instalar sistemas de calefacción y agua caliente sanitaria basados en combustibles fósiles en nuevos edificios residenciales y terciarios a partir de junio de 2027. Esta medida, junto con la prohibición del suministro de gasóleo a edificios en zonas con acceso al gas natural, acelerará la electrificación de la calefacción y fomentará el uso de energías renovables en el sector residencial.

Los nuevos edificios y aquellos sometidos a rehabilitación integral deberán cumplir con requisitos de eficiencia energética cada vez más exigentes. Se establece la obligación de instalar sistemas de calefacción y agua caliente sanitaria basados en energías renovables para cubrir al menos el 50% de la demanda energética. 

Además, desde 2025, todos los edificios de nueva construcción deben incorporar paneles solares para autoconsumo eléctrico, lo que contribuirá a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a disminuir la dependencia de la red eléctrica.

La ley también aborda el sector de la movilidad, estableciendo la obligación de instalar puntos de recarga para vehículos eléctricos en nuevos edificios residenciales y terciarios, así como en aparcamientos públicos y privados de gran tamaño. Además, se promueve la generación de energía renovable en estos aparcamientos a través de la instalación de placas solares en las plazas de estacionamiento.

Un marco normativo sólido y ambicioso

La Ley Foral 4/2022 establece un marco normativo sólido y ambicioso que posiciona a Navarra como referente en la lucha contra el cambio climático. Las medidas contenidas en esta ley no solo contribuyen a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también generan beneficios económicos y sociales, como la creación de empleo en el sector de las energías renovables y la mejora de la calidad del aire.

La implementación de estas medidas tendrá un impacto positivo en la economía navarra, impulsando la creación de empleo en sectores como la construcción, la instalación y el mantenimiento de sistemas de energías renovables. Además, contribuirá a mejorar la calidad del aire y la salud de la población, al reducir las emisiones de contaminantes atmosféricos.

Desafíos y oportunidades

La transición hacia un modelo energético más sostenible plantea desafíos importantes, como la necesidad de realizar inversiones significativas en infraestructuras y la capacitación de profesionales. Sin embargo, también representa una oportunidad única para impulsar la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías, así como para fortalecer la competitividad de la economía navarra.