La Conquista del Castillo volvió a unir en su octava edición al deporte con el patrimonio navarro ayer en Sangüesa y Javier en una jornada marcada por las altas temperaturas, como ya viene a ser costumbre. Los preparativos comenzaron temprano para que a las 11:00 en punto se diera el pistoletazo de salida a la carrera de la modalidad de running, seguida de la de marcha nórdica. La plaza de Las Arcadas de Sangüesa fue uno de los epicentros del evento y hasta ahí acudieron tanto participantes como familiares, amigos y vecinos de la localidad para animar en la salida.

Un año más, se batió récord de número de dorsales con un total de 600 participantes dispuestos a coronarse en el castillo de Javier. Tras ocho ediciones, La Conquista del Castillo ha adquirido un gran valor deportivo, aunque también cultural, como destacó el alcalde de Sangüesa, Javier Solozábal: “Es una carrera totalmente consolidada y es fantástico que 600 participantes y sus acompañantes vengan a conocer y redescubrir nuestra ciudad por un buen motivo como lo es el deporte”, afirmó.

Se trata de una prueba que atrae a corredores y corredoras de diferentes edades procedentes de toda la geografía navarra y otras comunidades autónomas. Algunos de ellos cuentan con más experiencia, mientras que otros disfrutan sus primeras carreras, ya que en los últimos años el número de aficionados al running y la marcha nórdica ha aumentado considerablemente. Fue el caso de las jóvenes Maider y Miren, quienes se estrenaron en la jornada de ayer: “Empezamos hace un año a correr y esta será nuestra primera carrera, nos hemos animado aprovechando que se celebraba en nuestro pueblo”, explicaron. Como sangüesinas, conocían el recorrido y sus dificultades: “Siendo de Sangüesa conocemos la carrera y sabemos que, sobre todo, la cuesta del inicio es dura”, confesaron.

A pesar de la exigencia, la mayoría de participantes se animan a repetir. Para Sandra, Charo, Monse e Isaac fue su segunda y tercera vez en la modalidad de marcha nórdica: “Se ha vuelto en una carrera simbólica y muy nuestra, muy navarra”, afirmaron. Para esta cuadrilla de Mendavia el final guarda doble recompensa: “Es una carrera dura pero bonita y el final lo merece, además de la bajada, ver el castillo es impresionante y motiva mucho”, contaron. El deporte, la organización y el buen ambiente fueron los motivos para que Heli, Lissy, Luis María y Rubén, procedentes de la Cuenca de Pamplona, se acercaran un año más a Sangüesa: “Esta carrera nos gusta mucho, además de la buena organización, hay un ambiente muy bueno, terminar en el castillo de Javier y que la gente esté esperándote y animándote es increíble”, detallaron.

Además del patrimonio cultural característico de la carrera, el calor también se ha vuelto uno de los protagonistas. Sangüesa amaneció con el cielo totalmente despejado y las temperaturas rondaron los 22 grados centígrados. El recorrido en su totalidad se realiza en asfalto, por lo que los participantes prefieren temperaturas suaves: “Nos gustaría que hiciera menos calor pero por lo menos no hace viento y tampoco va a llover”, aseguraron las corredoras sangüesinas. En cambio, para el grupo de Mendavia las temperaturas fueron agradables, ya que en ediciones anteriores se han llegado a rozar los 30 grados, recordaron. Tras finalizar la carrera, la multitud volvió a acercarse a la plaza de Las Arcadas de Sangüesa para la entrega de premios.