Después de un recorrido de 17 años, en el que se han creado trece bosques y más de 52.000 árboles plantados a lo largo de la geografía foral, el Nafarroa Oinez de este año, que organiza Paz de Ziganda ikastola, se dispone a dar un paso más en esta iniciativa climática social: el Oinez Basoa está en condiciones de pasar a ser Oinez Klima.

Esta nueva iniciativa de las ikastolas navarras mantiene la creación anual de un nuevo bosque en torno a la fiesta, este año en Atarrabia-Villava, y además despliega un conjunto de actuaciones que refuerzan y multiplican su compromiso con el medio ambiente. En esta primera edición de Oinez Klima se va a plantar un bosque de 200 m2 de extensión en la ladera sur del monte Ezkaba.

Como actuación complementaria al bosque Oinez tradicional se plantarán 25 árboles en la calle Ultzama de Villava que sustituirá a otros que están en mal estado. Otra aportación climática de Paz de Ziganda a su municipio. La tercera actuación tiene que ver como la colonia de castores que habita en la orilla del río Arga, a su paso por la localidad. Se elaborará una ficha didáctica que se convertirá en un nuevo recurso de educación ambiental para conocer, mejorar y poner en valor ese entorno natural. Este acercamiento a estos animales formará parte de la herencia de educación ambiental del Oinez Klima.

Asimismo, la ikastola en su apuesta por el autoabastecimiento energético, impulsará la instalación de placas fotovoltaicas. Dado el calendario lectivo de la ikastola, parte de la energía que se produzca no será utilizada en el centro lo que generará un exceso que podrá ser compartido. Este exceso se distribuirá entre las personas que deseen participar en la comunidad energética que se va a crear.

Por último, Paz de Ziganda se propone calcular su huella de carbono con el fin de medir la generación de gases de efecto invernadero y concienciar a las personas que forman parte de la comunidad educativa. Con estas cinco actuaciones, la ikastola de Atarrabia quiere mostrar su compromiso con los retos ambientales de esta generación. Oinez Klima, destacan desde Paz de Ziganda, “persigue ofrecer una herencia de trabajo cooperativo de estudiantes, familias, educadores/ras y profesionales ambientales que aporte un valor añadido: un resultado útil para la comunidad local en el marco del Oinez, un paso en la lucha global por un mundo más sostenible”. Estas

actuaciones requieren seguimiento y mantenimiento en el futuro. “Aparte de iniciativas climáticas, suponen recursos de sensibilización hacia el Oinez, las ikastolas y la educación en euskera en Navarra. Estamos ante la gestación de una nueva marca y un nuevo recurso del Oinez”, remarcan.

Historia del Basoa

El proyecto Oinez Basoa surgió en 2008 cuando se toma conciencia del impacto ecológico que la fiesta de las ikastolas, Nafarroa Oinez produce debido al consumo de recursos naturales, a la generación de residuos y a la emisión de gases de efecto invernadero.

Con el objeto de minimizar esta huella ecológica se decidió crear un bosque en el lugar donde se celebra cada año el Oinez que se convirtiera en testigo permanente de calidad medioambiental. Cada año, los bosques plantados siguen desarrollándose, enriqueciéndose y se han convertido a su vez en recursos pedagógicos para la labor educativa de las ikastolas. Un claro ejemplo está en Tafalla. En 2012- 2013, en colaboración con el grupo de Gestión y Manejo Sostenible de los Suelos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y Biociencias de la Universidad Pública de Navarra, se puso en marcha un proyecto de investigación innovador, con el objetivo de evaluar el secuestro de carbono atmosférico generado por el bosque y los beneficios ambientales del Oinez Basoa de Tafalla.

En 2017-18 se firmó un acuerdo con la UPNA en torno al desarrollo pedagógico de la red de bosques Oinez. Seis años después, en 2023-24, el equipo de investigación de edafología de la UPNA trabajó con el alumnado de Bachillerato de Paz de Ziganda en una investigación en el Oinez Basoa de Arbizu, similar a la llevada a cabo en Tafalla.