Seguro que más de una vez has masticado los pequeños hielos que quedan en el vaso al terminar un refresco. En principio, aunque no sea demasiado recomendable para los dientes, se trata de un gesto inofensivo, pero si se convierte en algo frecuente y compulsivo puede estar indicando algo más.
Si sientes que tu cuerpo te pide de forma irresistible masticar hielo, escúchalo con atención porque puede ser una señal de que tienes falta de hierro. Este mineral es fundamental para el buen funcionamiento del organismo y su déficit puede dar lugar a la conocida anemia ferropénica.
Por qué es tan importante el hierro
El hierro es esencial porque participa en la producción de hemoglobina, la proteína presente en los glóbulos rojos que se encarga de transportar oxígeno desde los pulmones hasta los tejidos del cuerpo. Sin el hierro suficiente, la sangre no puede llevar oxígeno de forma eficiente, lo que genera cansancio, debilidad y otros síntomas que a menudo pasan desapercibidos.
En España, gran parte de la población tiene insuficiencia de hierro sin saberlo. Las causas más habituales son pérdidas de sangre (como en reglas abundantes), una dieta pobre en este mineral, problemas de absorción intestinal (en celíacos) o una mayor necesidad en etapas como el embarazo.
Síntomas de falta de hierro
El principal signo de un déficit de hierro es la fatiga persistente, incluso cuando se duerme lo suficiente, pero no es el único. También se puede presentar piel muy pálida, manos y pies fríos, dolor de cabeza o mareos frecuentes, uñas frágiles y caída del cabello, dificultad para concentrarse y sensación de falta de aire incluso con esfuerzos leves. Y como ya hemos visto, a estos síntomas se les puede añadir el curioso antojo de masticar hielo, conocido como pagofagia.
Qué es la pagofagia
La pagofagia, este deseo intenso y repetido de consumir hielo, es una forma de pica, el trastorno caracterizado por comer de forma compulsiva de sustancias no nutritivas como papel, tierra o incluso pelo.
Aunque parezca raro, numerosos estudios han encontrado una relación entre la pagofagia y el déficit de hierro. Como ya hemos dicho, muchas personas con anemia ferropénica experimentan este antojo y, en la mayoría de los casos, desaparece cuando los niveles de hierro se normalizan.
La explicación no está del todo clara, pero algunos expertos creen que masticar hielo podría aumentar temporalmente la sensación de alerta en personas con bajos niveles de hierro, compensando de forma efímera la fatiga que provoca la anemia.
¿Es peligroso comer hielo?
A diferencia de otros tipos de pica, consumir hielo en pequeñas cantidades no es dañino. No obstante, si se convierte en un hábito compulsivo puede tener consecuencias negativas como sensibilidad dental y desgaste del esmalte, dientes agrietados o rotos, dolor de mandíbula o molestias digestivas si se ingiere en exceso.
Cómo mantener un buen nivel de hierro
Para garantizar que el organismo tenga la cantidad necesaria de hierro, la clave está en una alimentación equilibrada y variada. El hierro se encuentra en alimentos como las carnes rojas, el hígado y el pollo; pescados, como el salmón o las sardinas; legumbres, como las lentejas, los garbanzos o las alubias; vegetales de hoja verde, como las espinacas o las acelgas, huevos y frutos secos.
Además, combinar estos alimentos con fuentes de vitamina C como naranjas, fresas, kiwis o tomates favorece la absorción del hierro en el organismo.
En algunos casos, el médico puede recomendar suplementos de hierro, pero nunca deben tomarse sin supervisión, ya que un exceso también resulta perjudicial.
Cuándo consultar al médico
Ante la detección de posibles síntomas de anemia, es aconsejable acudir a un profesional de la salud. Detectar a tiempo una deficiencia de hierro puede evitar complicaciones mayores como problemas cardíacos, un sistema inmune debilitado o dificultades durante el embarazo.