Osasuna Promesas y Gimnástica Segoviana se disputan más que tres puntos en el duelo que mide en Segovia a ambos conjuntos, dos equipos que pelean por eludir las posiciones de descenso en las que se encuentran inmersos, con la ventaja de que quien consiga ganar el encuentro que se celebra este domingo en La Albuera (17.30 horas), tiene papeletas para salir de la parte baja de la tabla. Sin embargo, más allá de lo deportivo, la peculiaridad del partido reside en que el técnico local, Ramsés Gil, tiene raíces navarras y un cierto afecto por Osasuna.

La herencia navarra le viene a Ramsés por parte de padre, que nació en Mélida, un pueblo que no llega al millar de habitantes de la Merindad de Tudela. Su madre -la abuela de Ramsés- se mudó a Cantimpalos (Segovia) porque era la tierra de su marido, según recoge ‘El Norte de Castilla’, medio que se hizo eco de la historia en el encuentro de ida. Aunque pasó el grueso de su infancia en Segovia, mantuvo a gala esos orígenes, la afición a Osasuna. “Al final no sólo es una forma de entender el deporte, sino de vida. Y así me lo transmitió a mí. Lo fácil es que casi todo el mundo que no tiene un equipo de referencia en su provincia se decante por los grandes porque a todo el mundo le gusta ganar”, aseguraba el técnico en una charla con el periodista Luis Javier González.

“Yo he sido muy rojillo, echar un vistazo a ver cómo han quedado..., para mí es un rato de fiesta cada vez que juegan”

En esa charla, el técnico desvela que recibió su primera camiseta rojilla a los 12 años, en la época de Michael Robinson. “Era una época muy guapa, mis primeros recuerdos”, entre los que guarda en beta la victoria por 2-3 en Stuttgart en 1991. “Lo que ya no tenemos es vídeo, pero ahí está la cinta. Aquel partido lo vi un montón de veces”. Ramsés, que también agrega que no ha visitado El Sadar desde la reforma del estadio, descubre que su ídolo es Patxi Puñal y que recibió una camiseta firmada por la plantilla del primer equipo cuando era jugador de la Gimnástica y disputó en Tajonar un partido de Segunda B ante el propio filial rojillo.

Yo he sido muy rojillo, echar un vistazo a ver cómo han quedado..., para mí es un rato de fiesta cada vez que juegan”, reconocía.

Ahora, el técnico se debe a su club, en el que está el navarro Rodrigo Sanz, que firmó por los segovianos a final del pasado mercado de verano después de desvincularse del Tudelano, que apenas ha participado en seis encuentros con su nuevo equipo.