‘El Hormiguero’ recibía este martes la visita de Máximo Huerta y Albert Espinosa, que acudían al plató de Pablo Motos para presentar la segunda temporada de ‘El camino a casa’, en la que el escritor valenciano es el primero de los seis invitados famosos que harán un nostálgico recorrido desde sus colegios hasta sus hogares de la infancia. 

Los dos invitados se han abierto en canal frente al presentador del formato de Antena 3 y han revelado algunas de sus experiencias más íntimas y profundas. 

Huerta confesaba que el viaje emocional que ha supuesto para él participar en ‘El camino a casa’ ha sido una experiencia tan dura como sanadora al mismo tiempo. 

"Yo lloré, reí y lloré. Me deshice de emociones y de sentimientos. Fue como volver a estar en Buñol de nuevo a los 7 años", desvelaba el comunicador.

MÁXIMO HUERTA SE ROMPE AL RECORDAR LA DURA RELACIÓN CON SU PADRE

Máximo Huerta ha destacado que el viaje al que se ha sometido en el programa de La Sexta ha sido de lo más emotivo, sin embargo, ha reconocido que hay una parte de su infancia a la que le ha costado enfrentarse más que a ninguna otra: la complicada relación con su padre

"Me prometí no hablar, pero es inevitable no recordar la infancia sin recordarle a él. Y eso que me olvidé absolutamente de todo", comenzaba diciendo el escritor.

"No recuerdo su cara o su voz que tanto miedo me daba, pero Albert me hizo algo que me destrozó, me puso frente al olor de mi padre, eso abrió todo y entré en barrena, le vi en el bar, en la tragaperras, volví a oír los gritos... y lo compartí en el programa", contaba el autor de ‘Una tienda en París’ sobre sus duras experiencias con su progenitor. 

Además, también reveló que para él "era una presencia dura. Es más, cuando oía las llaves de casa, era como si todo el ejército se pusiera firme, el ejército éramos mi madre y yo, y todo cambiaba. Esa intimidad bonita entre madre e hijo se rompía. Tenía miedo; la posibilidad de que pasara algo grave era tremenda", explicaba ante la atenta mirada de Pablo Motos, "y no quería salir cuando todos mis amigos estaban divirtiéndose, porque era una especie de vigilancia, era un seguro de vida para mi madre, yo era la protección", explicaba el invitado.

"Eso no se cura. Soy hijo de una familia que no se quiso. Que tuvieron que aguantarse, que la única cosa que les unía era yo. Entonces mi padre era muy duro. Una mirada de mi padre y ya había miedo", aseguraba Máximo Huerta en su duro relato.