El Gobierno neerlandés liderado por Mark Rutte ejerce a partir de este sábado en funciones, por lo que prácticamente solo podrá gestionar las cuestiones relativas a la pandemia y la campaña de vacunación, mientras Países Bajos se prepara para ir a las urnas a elegir un nuevo gabinete entre caras ya conocidas.A dos meses de los comicios generales, la dimisión en bloque del Ejecutivo de La Haya se ha entendido en Países Bajos como un gesto político simbólico para asumir responsabilidades por el escándalo de las ilegalidades cometidas desde 2014 por la Agencia Tributaria, que acusó sin fundamento de fraude a 26.000 familias, en su mayoría de origen migratorio.

El analista neerlandés Diederik Brink subraya a Efe que la permanencia de Rutte al frente del gabinete "se vio dificultada" cuando dimitió el líder del socialdemócrata PvdA, Lodewijk Asscher, que, entre 2012 y 2017, fue viceprimer ministro de Rutte y su ministro de Asuntos Sociales, departamento que se encarga de la aplicación de la Ley de Cuidados Infantiles por las que se aprueban las ayudas a las familias con hijos.

Los padres se vieron en una situación de vulnerabilidad, y por mucho que trataban de demostrar con documentos que no habían cometido un fraude, las autoridades fiscales no desbloqueaban sus ayudas y les pedían devolver grandes cantidades de dinero, lo que condujo a muchos a convivir con problemas financieros, pérdidas de trabajo, de casa y divorcios.

Al caer el gobierno en su totalidad, añade Brink, todos los ministros pierden "lo que se llama su condición de misioneros", por lo que pasarán a estar en funciones, y "no pueden proponer nuevas políticas, algo que habría sucedido de todas maneras en el periodo previo a las elecciones, por lo que esto trata sólo de percepciones sobre quién tiene la culpa".

Cuatro semanas antes de las elecciones, previstas para el 17 de marzo, se produce la disolución de las Cortes, y el gobierno pasa a estar en funciones, por lo que su dimisión sólo ha adelantado ese estado en un mes y ha permitido a Rutte asumir sin grandes consecuencias prácticas que "las cosas se hicieron mal".

LA CAMPAÑA ELECTORAL

Una de las cuestiones pendientes es la posible persecución de los funcionarios que han dejado en situación de vulnerabilidad a todas esas familias, al haberlas estereotipado como defraudadores de la Agencia Tributaria por tener doble nacionalidad, pero la Fiscalía ya ha tratado de investigar lo ocurrido y ha dictaminado que los funcionarios públicos no pueden ser procesados si implementan un política diseñada por el legislador.

Esto llevó a un grupo de padres a presentar una denuncia ante el Tribunal Supremo contra cinco ministros y contra los funcionarios públicos para que la Justicia determine si no han cometido hechos delictivos, y si no se han excedido en sus funciones.

Brink subraya que la culpa de lo ocurrido "recae principalmente en PvdA y el VVD (los liberales) -esta práctica comenzó cuando legislaban en coalición- y los demás partidos quieren marcar distancias, pero Rutte ha estado haciéndose el duro con sus colegas. En la política neerlandesa, la regla es que 'quien rompe algo, lo paga, también cuando se trata de llevarse por delante a una coalición".

Sin embargo, mientras Asscher dimitió al frente de su partido y como cabeza de lista de los socialdemócratas de cara a las elecciones, Rutte enfatizó durante su dimisión que no tiene ninguna intención ni ve ningún motivo que le tenga que llevar a abandonar sus planes de buscar la reelección en marzo, y que seguirá siendo el líder de los liberales.

Para justificar sus razones, también prometió trabajar para renovar todo el sistema de ayudas estatales a las familias -algo que solo podría hacer si lidera el futuro gobierno- y aseguró que encargará a una comisión gubernamental que investigue el rol que tuvo el racismo y la discriminación en el escándalo que condujo a su dimisión.

También envió una carta a los padres afectados por la discriminación institucional en la que les promete que evitará que esta situación vuelva a ocurrir en el futuro y en la que les promete tratar sus casos de forma individual para ayudarlos con los problemas financieros y psicológicos en los que se han visto envueltos a causa de lo ocurrido.

LA GESTIÓN DE LA PANDEMIA

Mientras busca soluciones a un problema de fondo de la Agencia Tributaria, el gobierno en funciones de Países Bajos tendrá que seguir trabajando junto al Parlamento neerlandés para imponer, con credibilidad, restricciones a la movilidad y al contacto social para frenar los contagios de coronavirus, disparados en el país desde finales de verano.

Una de las medidas sobre la mesa es la imposición de un toque de queda para evitar reuniones de grupos de jóvenes y visitas familiares, pero uno de los partidos de la coalición, el progresista D66, está en contra de esta restricción.

El país se encuentra confinado desde el 14 de diciembre, y hasta al menos el 9 de febrero, con toda la actividad no esencial cerrada. Los colegios esperan poder volver a las clases presenciales el 25 de enero, mientras el sector de la hostelería, cerrado desde mediados de octubre, trata de sobrevivir gracias a las ayudas financieras del Estado.