¿Existe el diablo? Según los creyentes, no hay duda de él. La prueba de ello es el mal que existe en el mundo y las huellas que de él perduran. Hay en nuestro planeta numerosos puentes que ostentan el nombre del diablo. Y el viajero de lo excéntrico y misterioso que quiera visitarlos todos debería empezar por el de Rakotzbrücke, conocido, obviamente, por el puente del Diablo

Se encuentra oculto en medio del frondoso Parque Kromlauer, en el corazón de la Sajonia, en Alemania, y es uno de los 30 lugares más visitados del país. Aunque está lejos de los destinos turísticos habituales.  

Panorámica del famoso puente del Diablo alemán. Anita Demianowicz

Se trata de una hermosa e importante arquitectura de sorprendente diseño. Se construyó entre 1866 y 1875. Una de sus características es que se levantó de forma tal que creara un círculo perfecto sobre las tranquilas aguas que están bajo el puente, independientemente del sitio desde donde el espectador lo está mirando. Es un efecto mágico. De hecho, como se sabe, la magia es otro de los elementos del arte que te permite asombrarte de algo, pero sin explicártelo nunca. 

El origen del sobrenombre de la mayoría de esos puentes maléficos proviene porque parece mentira que se puedan mantener en pie. Lo que hace, según la tradición, que surja la duda de que haya sido construido por medios naturales. Únicamente una mano satánica podría haber llevado a cabo este tipo de obras. En realidad, los que los construyeron parecían tener más interés en la propia estética del puente que en la utilidad del mismo. 

No consiguieron que fuera muy práctico, pero lo que sí lograron es que cada año atrajera, al menos en el caso de Rakotzbrüke, a multitud de turistas, amantes de la naturaleza y de lo extraño, y, muy especialmente, a fotógrafos, tanto profesionales como aficionados. De hecho, algunos puntos se han convertido en el acceso perfecto para conseguir las mejores imágenes del puente. De ahí que, por la apariencia mágica de este entorno, se hayan filmado películas como El aprendiz de brujo y Matrix, entre otras. Aunque, eso sí, está prohibido cruzar este puente a fin de conservarlo. Pero con verlo, ya te acerca a ese misterio inescrutable que encierra la obra y éste es el premio que recibes, a falta de otro oráculo. Que no es poco.

Detalle de la piedra local empleada en la construccion del puente. Markus Schmidt

Misterios

Son muchas las leyendas asociadas a la construcción de puentes satánicos en todo el mundo. Algunas versiones de la leyenda de Rakotzbrüke, por ejemplo, mencionan a una anciana o un simple pastor necesitados de cruzar un abismo, habrían hecho un pacto con el Diablo; el demonio construiría el puente a cambio del alma del primero que lo cruzara. Después de realizada la obra, a menudo durante la noche, el Diablo era engañado por su adversario, tirando un pan para atraer a un perro como primer transeúnte. Con independencia de que exista o no el diablo parece que en el primer supuesto, su cociente de inteligencia se asemejaría al de esos tontos que nunca se olvidan de firmar un anónimo.

Otro caso, entre otros muchos, es el de un sargento y su unidad (en obvia desventaja) que al escapar de sus enemigos quedan atrapados en la punta de un cerro; el sargento hace un trato con el Diablo y éste le dice que si el puente queda terminado antes de que el gallo cante por tercera vez se llevará su alma, al final logran salvarse de milagro y continúan con su camino.  

Mirador para observar el reflejo del puente sobre el río. Markus Schmidt

Las leyendas sobre sus orígenes son similares a otros relatos muy difundidos por toda la Europa occidental, según las cuales diversos puentes fueron construidos por el diablo, como es también el ejemplo del puente del Diablo Deabruzubi (en Bilbao-Barakaldo) quien ofrecía al constructor salvar las dificultades técnicas de la fabricación de la infraestructura a cambio de su alma. El demonio debía acabar el trabajo durante la noche, antes del canto del gallo o del amanecer. A pesar de caer en la tentación y acceder al acuerdo, los mortales se las ingenian para engañar al diablo, evitar la condenación eterna y, además, finalizar la obra. 

La creencia en algún tipo de maldad sobrenatural no es necesaria. Los hombres, por sí solos, ya son capaces de cualquier maldad. Lo dijo Joseph Conrad y lo argumentó, hace años en este artículo: (https://www.youtube.com/watch?v =bmxzfW5RdQI)

Paraíso de Kromlauer

Sin embargo, aparte de las demoníacas y fantasiosas interpretaciones sobre esos puentes, lo que hace especialmente interesante el puente alemán de Rakotzbrüc es su genial diseño y su ubicación. Se construyó utilizando piedra de color gris oscuro que abunda en la zona. Los dos extremos del puente lo decoran unas finas agujas de roca que podrían ser una serie de afloramientos naturales ya existentes. 

En el centro del lago se encuentra estas columnas de basalto. Markus Schmidt

La zona del puente se puede recorrer a través de una ruta de senderismo y en el centro del lago se encuentra el Órgano de Basalto, una obra de arte hecha de piedras naturales. Pero el mayor acierto de la construcción del Puente del Diablo alemán está su ubicación: el Kromlauer Park, muy famoso en Alemania por sus formaciones geológicas y asimismo por las especies que crecen a su alrededor. No en vano, durante mucho tiempo fue una reserva natural, lo que permitió que las flores proliferasen intensamente. La naturaleza es maravillosa. Lo más duro es verla en el espejo.

 En este paraíso natural se puede admirar un gran colorido, con Tulíperos de hojas de color amarillo en la época otoñal, rododendros y azaleas de colores vibrantes en primavera, lo que convierte al parque en un refugio de flores excéntricas para el goce de los amantes de la botánica. La época de la floración de rododendros es espectacular, lo que provoca que acudan miles de visitantes atraídos por este espectáculo de la naturaleza. Cada estación del año tiene, por tanto, su encanto. 

Uno de los espacios más hermosos al lado del Puente del Diablo alemán es el estanque de los nenúfares. En él hay plantas como el té del labrador y el brezo de turbera, así como diversas y raras variedades como el roble escarlata, el roble de los pantanos o el roble negro del Este. La mayoría de los árboles originales todavía existen.