Cerca de cien chopos del Paseo de Lizardi de Olloki han sido talados este martes por “motivos de seguridad” y serán sustituidos por árboles “con menos exigencias hídricas y más adecuados para los entornos urbanos y periurbanos”. Así lo explica el Ayuntamiento de Esteribar, que justifica la actuación con un informe técnico en el que se indica que “procede” la tala de estos chopos, aunque la actuación ha provocado quejas vecinales.

El estudio explica que los chopos existentes ('Populus Bolleana') son una variedad frondosa de rápido crecimiento, poco longeva y con gran demanda hídrica. “El equilibrio de estos árboles se alcanza mediante esfuerzos de tracción con las raíces. Los chopos tienden sus raíces ladera arriba para sostenerse, en contraposición a las coníferas, que trabajan a compresión, apoyándose en las raíces ladera abajo. Los chopos, dadas estas características, no son árboles adecuados para estabilizar laderas o terrenos”.

Según el informe, “este tipo de árboles plantean numerosos problemas en entornos urbanos: levantan pavimentaciones, invaden jardines y deterioran tuberías de saneamiento y agua”. Además, “la corta longevidad de los chopos, su madera blanda y el deterioro temprano que sufren en su interior, aumentan exponencialmente el riesgo de caída. De hecho, en los árboles que se han talado se ha observado ya el inicio de ese deterioro interior”, describe. 

Sobresalto vecinal

Vecinos de Olloki se han despertado asustados este martes por la mañana debido una tala de chopos cercana a sus viviendas. "Han empezado a las 7 de la mañana para que nadie se entere", cuenta indignada una de las residentes en la zona, que reconoció sentir miedo, debido a la ubicación de sus hogares "en un talud inestable" y mostrando también su enfado porque "como somos pocos, nadie nos hace caso".

Poco antes de las 10 de la mañana, ya solo quedaban un par de chopos, "los que se encuentran en la zona más complicada", ha explicado esta vecina, tras añadir que los operarios estaban "metiendo maquinaria pesada" por la parte más estrecha del paseo de Lizardi "destrozándolo", y que iban "pegados a las tapias de las casas".

"Los chopos no están enfermos, no eran un problema de seguridad", asegura la mujer, que critica que el Ayuntamiento de Esteríbar haya hecho caso omiso de las peticiones vecinales para conocer si hay algún informe técnico que respaldase la actuación de esta mañana. "No contestaron a ninguna solicitud", ha lamentado.