China comenzó a liberalizar su mercado en los 90. Al mismo tiempo arrancó su participación en el comercio mundial. Esta relación se comienza a convertir en un flujo bidireccional de entrada y salida de divisas. Las empresas europeas y norteamericanas empiezan a invertir allí. China, a la vez, comienza a invertir en otros países. Esto no dejaría de ser una lógica comercial más si no fuera porque China es un país de 1.400 millones de personas y si no fuera porque Estados Unidos, desde inicios de 2017, ha tenido un presidente con ciertos aires proteccionistas. Y estas dos lógicas han comenzado a chocar.

La tecnología en la geopolítica siempre ha tenido un papel nuclear. Este fenómeno comenzó a acentuarse tras la Segunda Guerra Mundial. La informática juega un papel muy importante en dirimir algunas piezas críticas de la fase final de esta gran guerra. Y esto despierta el interés de muchas naciones por desarrollarla a nivel comercial. Pese a que se resume mucho con que Apple y Microsoft fueron las empresas que lo consiguieron ejecutar, en realidad éstas se apoyaron en muchos trabajos previos de otras personas que algún día soñaron con llevar esta tecnología a los hogares.

En los 90 se producen los siguientes dos grandes hitos. La caída del muro de Berlín simboliza el fin de una era (la guerra fría) que había llevado a operar el mundo de dos formas diferenciadas. Y, casualidad, de manera simultánea aparece Internet. Se comienzan a globalizar las comunicaciones y, naturalmente, sin guerra fría por medio, también los mercados. Y ahí es cuando empiezan a aparecer algunos acuerdos sobre cómo desarrollar ese comercio. Podemos sentar la raíz de los problemas en estos días.

Usemos el caso de Huawei para ejemplificar. Una empresa de telecomunicaciones, fabricante de muchos de los equipamientos clave para el nuevo estándar de las comunicaciones 5G -que ya sabemos va a permitir hacer muchas nuevas cosas, y encima, de manera más eficiente-, lleva meses ocupando titulares de prensa. Trump vetó la entrada de estos equipamientos. Se alegaron vínculos con el Gobierno chino. Las comunicaciones sabemos que siempre han sido claves en la geopolítica. Usemos TikTok como segunda ejemplificación. Nuevamente se está vetando su uso en determinados países. A EE.UU. se le ha sumado la India. Dos grandes rivales de China. O esos datos se quedan en los países donde se generan o no operarán. Nuevamente, sabemos que las comunicaciones juegan un papel clave.