A modo de enfoque, posiblemente, esta sea una cuestión planteada por muchos. La sincronización de nuestros ojos: un enigma muy presente para todos, aunque con una clara respuesta.

Ya desde la antigüedad, tener dos ojos era poder. La caza era más segura. A día de hoy, poder gozar de dos puntos visuales nos facilita la vida y nos protege de accidentes.

El admirable movimiento, que, nos permite sentir esa estabilidad y profundidad óptica, es una de las funciones más importantes del capitán del cuerpo humano, el cerebro. Así trata de reflejarlo el profesor de oftalmología David Guyton en ‘Live Science’: “Cada ojo tiene seis músculos encargados de regular el movimiento en diferentes direcciones, y, cada uno de esos músculos debe activarse simultáneamente en ambos ojos para que se muevan al unísono”

Dentro de las entrañas del encargado de este tipo de funciones, podríamos encontrar como el cerebro explota un sistema, que, utiliza para ajustar la precisión ocular y longitudes de los músculos, que controlan nuestros ojos.

Es decir, si nuestros ojos no se moviesen al mismo tiempo, veríamos doble, aunque no se trata de una habilidad innata, si no adquirida. Por ello, y, como las cientas de particularidades de nuestro cuerpo, los ojos conforman parte de nuestra alineación, de nuestra simetría, de nuestra precisión.