eeuu - Investigadores de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, EEUU, identificaron un gen supresor de la siesta en las moscas de la fruta, que arroja luz sobre la biología que ayuda a muchas criaturas, incluidos los humanos, a equilibrar los beneficios de una buena siesta con los de realizar actividades importantes durante el día. Según el estudio, publicado el jueves en la revista Current Biology, muchos animales se echan siestas, que son más intensas en los días cálidos, probablemente una protección desarrollada contra la exposición al sol del mediodía. En los seres humanos, las siestas cortas ayudan con la memoria y el aprendizaje, pero demasiado sueño durante el día está vinculado con la diabetes, el párkinson y otras enfermedades. Los investigadores del Centro de Biotecnología y Medicina de Rutgers encontraron un gen en las moscas de Drosophila que, cuando las temperaturas son bajas, se activan para suprimir la tendencia de las moscas a echar una siesta durante el día, probablemente para que puedan pasar más tiempo buscando comida o compañeros.