En la ciudad estadounidense de Charlotte (Carolina del Norte), un banquero ganó el premio mayor de una lotería cuando fue a recoger unas medicinas a una farmacia. La semana pasada, Patrick Burdick, tras retirar los medicamentos que le habían recetado, decidió comprar un boleto para raspar en una máquina expendedora, que resultó premiado con un millón de dólares. La agencia organizadora de la lotería le ofreció veinte pagos anuales de 50.000 dólares o un pago único de 600.000. Burdick eligió la segunda opción, y tras liquidar impuestos, se llevó 424.503 dólares. Con ese dinero el afortunado planea pagar el préstamo de su coche y otras deudas, e invertir el resto. Además, ahora pretende jubilarse antes de lo que tenía previsto.