Las supersticiones abundan en todas las culturas. Pedir un deseo antes de soplar las velas, tirar arroz a los recién casados o encontrar un trébol de cuatro hojas, son algunas de las más comunes en España, consideradas un símbolo de buena suerte.

No obstante, en Japón hay algunas que tienen un trasfondo más perturbador, como es el caso del por qué no hay piso 4 y 9 en los hospitales del País del Sol Naciente.

La razón principal se encuentra en el propio número, concretamente en su pronunciación. El número 4 se pronuncia de forma muy similar a la palabra ‘muerte’, mientras que la del 9 se asemeja a ‘dolor’. Por ello, se considera un mal augurio tener ambos números en un lugar donde se tratan enfermedades y ocurren muertes.

Sin embargo, esto no solo ocurre en los hospitales. En aparcamientos, e incluso hoteles, también es común que el número 4 no aparezca al ser considerado un signo de mala suerte.

Destacar que estas no son las únicas supersticiones de los hospitales en Japón. Con el número 43 también se ha de tener cuidado, puesto que es un número tabú en maternidad, cuya pronunciación se asemeja a ‘parto muerto’ o ‘nacimiento muerto’.

Hospital en Tokio, Pixabay

OTRAS CREENCIAS JAPONESAS DE MAL AUGURIO

Otra de las supersticiones más extendidas consiste en echarse sal en el hombro tras un funeral. Es considerado un signo de mala suerte no hacerlo, ya que se cree que la sal ‘limpia’ la mala fortuna que uno ha adquirido durante un acto fúnebre.

A su vez, también se sostiene que nunca se debe dormir con la cabeza apuntando al norte o se tendrá una vida corta. Esta creencia está muy ligada a los rituales fúnebres de la religión budista, donde la almohada del fallecido se coloca orientada al norte.

Además, tampoco se debe clavar los palillos en la comida, y mucho menos en el arroz. No solo es considerado un signo ofensivo y de mala educación, tanto en Japón como en China, sino que también significa que deseas la muerte a uno de los comensales. La superstición proviene de que los palillos solo se clavan en el arroz de los cuencos colocados en áreas funerarias.