Estudio multicéntrico sobre el patrón de crecimiento (MGRS)generar nuevas curvas para evaluar el crecimiento y el desarrollo de los niños en todo el mundo

Interpretación

Las gráficas de percentiles sirven al pediatra para comprobar y comparar que el crecimiento y el desarrollo del bebé es el adecuado. Las curvas de desarrollo recogen la medida de los parámetros que reflejan el crecimiento del niño. Los principales son la talla y el peso, aunque existen tablas para el perímetro de la cabeza o la grasa corporal. Ninguno de estos datos se interpreta de manera aislada, sino en relación con la edad y el sexo porque el patrón de crecimiento es ligeramente distinto en niños y niñas.

Una buena señal es que los percentiles se mantengan similares a los del nacimiento y que no se haya producido ningún descenso o ascenso brusco respecto de las medidas anteriores. El pediatra siempre deberá comprobar que el percentil de la talla está acorde con el del peso. Y si un niño se encuentra por debajo del 3 o por encima del 97, el especialista estudiará la causa, lo mismo que si no sigue su curva de crecimiento en su percentil habitual y pasa a otro de forma brusca.

a buen ritmo

La talla es un rasgo hereditario y, por consiguiente, está determinada genéticamente. En condiciones normales, alrededor del 80% de la talla adulta es atribuible a factores genéticos. También está genéticamente determinado el ritmo de maduración, responsable, entre otros aspectos, de cómo crece un niño, cuándo inicia la pubertad o cuándo termina de crecer. No obstante, ni la talla ni el ritmo de maduración dependen exclusivamente de la genética, sino que el resultado final (talla adulta, edad de inicio puberal) depende de la interacción a lo largo de todo el proceso de crecimiento de factores genéticos y ambientales o de ciertas enfermedades que haya sufrido o pueda sufrir.

¿Cómo crecen los niños?

El intervalo entre los 3 años y el inicio del estirón puberal es el periodo de tiempo en el que los niños crecen de una forma más estable. La disminución progresiva del ritmo de crecimiento que se observa desde el momento del nacimiento y que es especialmente marcada durante el segundo y tercer años de vida, continúa de forma más lenta a lo largo de todo el periodo prepuberal. Durante la mayor parte de este tiempo, la velocidad de crecimiento se mantiene entre 5 y 7 cm de talla al año y la ganancia de peso en unos 2-3 kilogramos por año.

Justo antes de que se inicie el estirón puberal, la velocidad de crecimiento alcanza su punto más bajo (4,5-5 cm al año). Este fenómeno, por otra parte normal, conocido como depresión prepuberal de la velocidad de crecimiento, se nota especialmente en los niños que maduran tardíamente, en los que se llegan a velocidades de crecimiento tan bajas como de 2-3 cm al año en las fases inmediatamente previas al estirón puberal.

El crecimiento durante el periodo prepuberal afecta proporcionalmente más a las extremidades que al tronco y el aumento del tamaño de la cabeza (perímetro cefálico) es muy escaso. Por todo ello, el aspecto de los niños durante este periodo se hace más esbelto.

¿Por qué es tan importante la hormona de crecimiento?

La hormona de crecimiento es el principal regulador durante el periodo prepuberal y, en general, desde el nacimiento. No obstante, los niños con talla baja por falta de hormona de crecimiento son muy pocos y representan menos de un 1%. Esta hormona no es la única que controla el proceso de crecimiento. Insulina, hormonas tiroideas, andrógenos, estrógenos, glucocorticoides, leptina, paratohormona, vitamina D, así como distintos factores influyen en la regulación del crecimiento.

"Las gráficas de percentiles tienen en cuenta la talla y el peso, aunque también existen tablas para el perímetro de la cabeza o la grasa corporal"