Más allá de cualquier seguidor de Anatomía de Grey, o para los más veteranos Hospital Central, sabemos que estos espacios son de carácter irreemplazable y vital para la sociedad.

El denominador común, la salud. El único fenómeno que no entiende de razas ni religiones, ya que afecta a cualquier persona, hasta en el más recóndito de los lugares.

No obstante, la calidad de estos espacios, no es similar en todo el mundo. La arquitectura sanitaria, posiblemente sea una de las que “nunca está totalmente terminada”.

Este aspecto diferenciador nos hace cuestionar e inspirarnos en cómo serán los hospitales del mañana, puesto que la tecnología avanza a un ritmo increíble.

A ritmo cardíaco

La llegada del SARS-CoV-2 ha cambiado nuestra forma de relacionarnos e interactuar, muy especialmente en el ámbito sanitario.

Pacientes y personal unidos frente a la nueva filosofía.Sin embargo, esta terrible situación nos hace llegar a un curioso punto de inflexión.

La necesidad y deber de convertir este tipo de espacios en “más humanos”.

Fue en el año 529, que surgieron los edificios hospitalarios, nada que ver con la actualidad, claro está.

Poco a poco, la infraestructura sanitaria ha ido avanzando con el fin de optimizar al máximo los recursos a su alcance.

Múltiples estudios han demostrado la importancia de la construcción en nuestros momentos más difíciles.

Sin ser ningún tipo de conjetura, está demostrado como la arquitectura de este tipo de espacios afecta a nuestras emociones.

El ruido puede generar estrés y por el contrario, el silencio favorece el sentimiento de soledad.

Por ello, siempre se trata de buscar esa “arquitectura que genere salud”.

En el epicentro de la propuesta, la luz solar, se encuentra en el puesto ganador.

Contar con amplios ventanales en gran parte del hospital, e incluso en el quirófano, sería una serie de adaptaciones que ayudarían a sobrellevar e ingreso.

“En sanidad, están continuamente apareciendo especialidades y conformándose grupos de trabajo, por lo que es necesario saber cómo adaptar los espacios a los nuevos tiempos”, explica Hueros Toledo Arquitectos, encargados de la rehabilitación del Hospital Infantil Virgen del Rocío en Sevilla.