Lleva más de medio siglo en el mundo de la interpretación y la relación de títulos que ha protagonizado es, sencillamente, imposible de reseñar, en una carrera en la que ha combinado teatro y televisión principalmente. Empezó a trabajar a principios de los 60, pero fue en 1969 cuando su quehacer y el de su marido, Fernando Guillén, inició el despegue gracias a la compañía teatral que ambos formaron. A lo largo de dos décadas fue una de las actrices que más trabajó en novelas de TVE y que más títulos de Estudio 1 sumó a su currículo.

La actriz catalana pronto entró en papeles secundarios, pero importantes, en comedias televisivas en las que bordaba los personajes. También fue la suegra histriónica de Emilio Aragón en Médico de familia, pero cuando el humor llevado al límite la puso totalmente en el candelero fue con Aquí no hay quien viva. Vicenta Benito dio muy buenos momentos a la audiencia como una graciosa cotilla de escalera. Durante tres años hizo reír a los espectadores y mostró un lado muy diferente de su personalidad profesional.

Cuando Antena 3 canceló la serie de los hermanos Caballero se pasó al nuevo proyecto, La que se avecina, donde volvió a estar presente durante tres años. Fue el inicio de su retirada. Pasado ese tiempo, y tras la muerte de sus dos compañeras de guion y amigas en la vida real, Mariví Bilbao y Emma Penella, dejó la serie y comenzó su jubilación real, que abandonó parcialmente para dar vida en 2017 a Amalia en Cuéntame cómo pasó. La última película que rodó fue El sueño de una noche de San Juan en 2005. En teatro, su última representación fue La Celestina, en 2011. Desde entonces está fuera de cámara, aunque con el prestigio intacto.

En la vida personal siempre ha sido una mujer discreta, pese a que tuvo un mediático matrimonio con Fernando Guillén, el padre de sus tres hijos, pero no se le conoce ninguna otra relación desde su separación. En las entrevistas siempre ha reconocido que él fue el amor de su vida. A pesar de su divorcio mantuvieron una buena amistad y estuvo junto a él en su muerte, acaecida en 2013. Fernando y Cayetana, sus dos hijos actores, continúan hoy con la larga tradición familiar.