Para las mujeres, el cabello, es uno de los bienes más preciados, y posiblemente algo tan propio como una misma. No obstante, las modas han cambiado mucho a lo largo de la historia con fines determinados. Por ejemplo, la mujer vitoriana jamás se cortaba el pelo, con el fin de demostrar su posición privilegiada.Un caso capilar de hace más de 100 años

Estas mujeres son incluso reconocidas como las primeras modelos de la historia. Las hermanas Sutherland, una familia del condado de Niágara, en Nueva York, dueños de una granja de pavos y de familia humilde.

Sarah, Victoria, Isabella, Grace, Naomi, Dora y Mary no tuvieron una infancia especialmente feliz, descalzas y con apenas recursos se interesaron por la música, hasta finalmente crear una peculiar banda de coro. No obstante, no eran sus cualidades musicales lo que atraía al público.

El padre de las chicas había patentado un ungüento, de olor muy desagradable, que conseguía crecer su pelo muy fuerte y rápido. En el primer año de ventas, Fletcher Sutherland, el padre de las niñas, llegó a facturar más de 90.000 dólares, gracias a la fama de las chicas. Bajo el lema de ‘Seven Sutherland Sister’, las más grandes compañías de circos y espectáculos rifaban las actuaciones y demostraciones de estas jóvenes.Las siete maravillas

Con dos metros y medio de largo, el cabello de las hermanas recorrió todo Nueva York. Portadas de periódicos, pósters y reconocimiento social, hizo de las chicas uno de los espectáculos más demandados de los Estados Unidos.

El precio comenzó en 50 centavos y seguía curiosas estrategias de marketing como, por ejemplo: “recuerde señora, no es el sombrero, es el cabello lo que les hace más hermosas”.

Su crecimiento no tenía límite, y no precisamente por su cabello, si no que abrieron oficinas en Nueva York, Filadelfia, Chicago, Toronto o La Habana.

No obstante, con la llegada de la Primera Guerra Mundial, las chicas comenzaron a cortarse el cabello por pura comodidad, lo que no agradó nada a su progenitor y finalizó la fama de las ‘rapunzels’.