Estimada ministra de Derechos Sociales, Agenda 2030 y próxima colíder de Podemos, según designación semidigital: No puedo negarle que me han llenado de perplejidad sus palabras sobre las devoluciones de migrantes a territorio marroquí: "Se tienen que hacer con supervisión judicial y cumpliendo con los Derechos Humanos". Efectivamente, son intenciones muy loables.

Lo escamante es que cuando le han preguntado en Televisión Española si eso está siendo así, usted no ha querido pronunciarse. Como integrante del Gobierno que ha ordenado esas acciones, debería tener información de sobra al respecto. ¿Será que no ha querido preguntar por ello a su colega de gabinete Fernando Grande-Marlaska?

Se comprende lo delicado de la cuestión, pero entre las tareas que le fueron encomendadas junto a la cartera está esa a la que usted alude como si no fuera cosa suya: garantizar que no haya vulneraciones de derechos básicos. Claro que también ahí hemos empezado regular tirando a mal, pues según su propia doctrina, centenares de veces aventada, las llamadas devoluciones en caliente no son admisibles bajo ningún concepto. Recuerden lo que le dijeron a Rajoy por infinitamente menos de las que se han certicado en Ceuta en las últimas horas. Reflexione.