La fiscal Elena Sarasate ha mantenido este lunes en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Navarra que el delito de asesinato que imputa a Yaronknys Miguel Jiménez Pérez, de 25 años, y a Emmanuel Florentino Alcántara, de 21, por el acuchillamiento de Alfredo Ogando Uceta, de 48, ha quedado “perfectamente probado” durante la vista y que la víctima “no tuvo ninguna posibilidad de defenderse”. También sostiene que Diana Sugeid Santana Mateo, de 30, es culpable de un delito de encubrimiento.

Durante su informe ante el jurado popular que deberá emitir un veredicto en los posibles días, la fiscal, que solicita una pena de 20 años de cárcel para los dos varones, y 21 meses de prisión para la acusada, ha relatado que en la noche del 14 de enero Diana Sugeid Santana salió de fiesta de su domicilio de Mutilva pasadas las 23.00 horas, y sobre las 3.15 horas de la madrugada hicieron lo propio los dos acusados, que acudieron al barrio de San Juan, al exterior del bar Praga, donde policías nacionales le incautaron a Emmanuel un cuchillo y una pistola simulada inutilizable. Posteriormente la acusada se dirigió a la discoteca Dalí en Villava, donde los dos acusados le colocaron un dispositivo de geoposicionamiento en el coche.

Sobre las 6.35 horas, tras regresar a Mutilva, los dos acusado se trasladaron nuevamente a Villava, a las inmediaciones del Hotel Villava, donde Diana Sugeid Santana intentaba reservar una habitación y ls víctima permanecía en el interior del coche, donde Yaronknys Miguel Jiménez Pérez le propinó 25 cuchilladas, cinco de ellas mortales de necesidad, tres en el cuello y dos en el corazón, ha subrayado la fiscal.

Grabados por las cámaras

Elena Sarasate ha hecho hincapié en que todos los recorridos de los acusados fueron grabados por las cámaras de vigilancia situadas en el entorno del domicilio de Mutilva, en el barrio de San Juan, en la discoteca Dalí, el lavadero Ezkaba y el Hotel Villava, vídeos que fueron recopiladas por los investigadores de la Policía Foral. “No pueden negar lo que es absolutamente evidente y ha quedado probado por las pruebas objetivas”, ha recalcado.

“Sin ningún género de duda, la víctima estaba sentada en el asiento de copiloto cuando fue atacada”, ha proseguido la fiscal, que ha incidido en que en el momento del crimen el coche Peugeot 3008 estaba bloqueado por el coche Seat León que conducía el acusado. Para la fiscal “no tiene sentido” que fuese la víctima quien abriese la puerta del coche. “Lo apuñaló brutalmente, causándole la muerte por pérdida de sangre. Fue un ataque súper rápido y por la espalda, y tenemos prueba más que suficiente para determinarlo”, ha asegurado.

En este sentido, se ha referido al testimonio del único testigo ocular de los hechos, que vio a un hombre fuera del coche agrediendo a otra persona sentada en el asiento del copiloto. Junto a ello, ha resaltado la inspección ocular realizada por la Policía Foral, que determinó que las cuchilladas se produjeron en el habitáculo del vehículo por la presencia de las manchas de proyección en su interior, y el informe de los médicos forenses, que dijo que la trayectoria de los navajazos fue longitudinal u oblicua, y en el tercio medio superior, de modo que el agresor estaba de pie y la víctima, sentada en el asiento de copiloto, además con el cinturón de seguridad abrochado. En esta situación, la fiscal ha aseverado que Alfredo Ogando Uceta “no tuvo ninguna posibilidad de defenderse”.

Sin legítima defensa

La fiscal ha rechazado que los hechos se produjesen “como ha intentado mantener el acusado y la defensa”, es decir, en legítima defensa tras una pelea a puñetazos ocurrida en el exterior del vehículo, después de que la víctima atacase a Yaronknys Miguel Jiménez Pérez con la navaja. Al respecto, ha afirmado que las ”estocadas” que dijo haber recibido el acusado se la produjo cuando acuchilló a la víctima y se le resbaló la navaja, que carecía de empuñadura, y ha puesto de relieve que el hombre acuchillado tampoco presentaba heridas contusas producto de puñetazos. “No hay ninguna prueba objetiva que apoye la tesis de la defensa”, ha reiterado.

Por todo ello la fiscal sostiene que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato, por el que pide 20 años de prisión para los dos acusados varones, si bien plantea que Emmanuel Florentino Alcántara puede ser condenado como cómplice y no como coautor, y en ese caso sea condenado a 11 años de cárcel. Para la representante del Ministerio Público, este acusado colaboró activamente en todos los actos preparatorios y “aceptó el resultado posible de la muerte de la víctima, sin hacer nada por impedirlo”.

En cuanto a Diana Sugeid Santana Mateo, ha admitido que todo indica que desconocía el plan para cometer el crimen, por lo que “creemos que no tuvo participación directa en los hechos, pero sí entendemos que su actuación fue de encubrimiento” en relación con los hechos cometidos por Emmanuel Florentino Alcántara, ya que el encubrimiento entre cónyuges no es penalmente reprochable. Al respecto ha señalado que vio la agresión “pero cuando llegó la Policía Foral no les dijo nada. Solo dijo que creía que podía haber sido su marido, pero después dijo que estaba segura de que no era su marido”, con el objetivo de “facilitar su huida”.

La fiscal ha descartado la concurrencia de circunstancias atenuantes en la actuación del autor material del crimen y, además de incidir en que no actuó en legítima defensa, ha negado que esté acreditado que sufra alguna enfermedad mental y que estuviese influenciado por la ingesta de alcohol y/o drogas cuando acuchilló a la víctima. Igualmente, ha negado que perpetró el crimen en un “arrebato” motivado por los celos y que pueda apreciarse la atenuante de confesión, ni de reparación del daño.

“Los acusados han mentido”

El abogado Sergio Gómez, que ejerce la acusación particular en el crimen de Villava,  ha recalcado que los tres acusados, para los que pide 20 años de prisión por asesinato, “han mentido y han engañado” durante el juicio, y ha negado que el acuchillamiento de Alfredo Ogando Uceta se debiese a un arrebato de Yaronknys Miguel Jiménez Pérez. “Llevan las maletas, dinero en metálico y armas. Los tres planearon y ejecutaron el crimen”, ha dicho durante su informe.

El letrado, que mantiene que el asesinato no se debió a un problema de celos, ha asegurado que el autor del crimen y la víctima “se conocían del negocio”, en alusión al tráfico de drogas y que el regreso a España de Alfredo Ogando fue el detonante, al sentirse el principal acusado desplazado del liderazgo del menudeo. En este contexto, ha asegurado que hubo un seguimiento del hombre acuchillado durante los días previos y que “el plan era cometer el asesinato en el barrio de San Juan de Pamplona, pero fue frustrado por la intervención de la Policía Nacional”, y ha calificado de “insulto” que los acusados ofrezcan 6.000 euros para reparar el daño.

“Homicida sí, asesino no”

El abogado Patxi Lara, que ejerce la defensa de Yaronknys Miguel Jiménez Pérez, acusado de asesinato por el crimen de Villava, ha sostenido este lunes en la Audiencia Provincial de Navarra que su cliente cometió un homicidio, pero no un asesinato, ya que a su juicio Alfredo Ogando Uceta pudo defenderse de la agresión. En cuanto a Diana Sugeid Santana Mateo, esposa del anterior, no fue coautora ni cómplice en el crimen, ni siquiera encubridora.

El letrado ha mantenido que la acusada “no hizo nada delictivo, más allá de ser un testigo parcial y víctima de lo ocurrido”, para recalcar que “no hay otro motivo para el crimen que las infidelidades entre los cuatro”, en referencia a las relaciones extramatrimoniales cruzadas que protagonizaron los integrantes de las dos parejas. “Estaba enamorándose de la víctima. No tenía ningún motivo para matarlo o herirlo”, ha afirmado, para incidir en que la acusación particular “ha fantaseado” con su tesis incriminatoria.

El abogado ha sostenido que la víctima del acuchillamiento no tenía el cinturón de seguridad abrochado, que no tenía marcas de la navaja, sino que fue la acusada quien se lo puso tras la agresión para llevarlo al hospital. También se ha opuesto a que sea condenada por un delito de encubrimiento en relación con Emmanuel Florentino Alcántara, porque con “cualquier dato que hubiera dado estaría perjudicando a su marido. Aún con todo, dijo que creía que podía ser su marido”. “Dijo en todo momento la verdad”, ha agregado, para incidir en que no fue coautora ni cómplice en el crimen, ni siquiera encubridora.

“Pudo defenderse”

En cuanto a Yaronknys Miguel Jiménez Pérez, ha reconocido que “es un homicida”, porque causó la muerte de Alfredo Ogando, “¿pero es un asesino”?, se ha preguntado. Al respecto ha asegurado que la víctima estaba “en alerta” por el enfrentamiento con  el autor del acuchillamiento, por lo que pudo haberse defendido de la agresión al percibir la llegada del acusado, y ha destacado que el único testigo ocular dijo que había visto “una pelea”, pero no observó ningún arma.

En este sentido, ha hecho hincapié en que la navaja la portaba inicialmente la víctima y después se la arrebató el acusado. “Mató, pero no está acreditado que matase de modo alevoso”, ha asegurado, para repasar las atenuantes incompletas que propone: legítima defensa, trastorno mental, consumo de alcohol y drogas, confesión y reparación del daño.

“Acompañó, no participó”

La abogada Verónica Popescu, que ejerce la defensa de Emmanuel Florentino Alcántara, para quien las acusaciones piden 20 años prisión como coautor de un delito de asesinato, ha expuesto en su informe que “no ha quedado probado el acuerdo de voluntades” con Yaronknys Miguel Jiménez Pérez para dar muerte a Alfredo Ogando Uceta. Durante el juicio, ha dicho, “solamente ha quedado acreditado que acompaña” al autor material del crimen.

En cuanto al uso de un pasaporte falso, por el que se le imputa un delito de falsedad documental y se le solicitan 9 meses de prisión, la abogada ha indicado que el acusado tenía la clara intención de quedarse en España, por lo que ha tildado de “absurda” la tesis de la acusación particular de que fuese un sicario. “No tendría sentido que al final lo matase Yaronknys”, para añadir que “si es un crimen planeado, es el crimen peor planificado de la historia. Les grabaron las cámaras, dejaron ADN por todos los lados…”.

La letrada ha aseverado que “la intervención de Emmanuel en el asesinato es nula. Por estar presente en la escenario del crimen, no es culpable del asesinato”, para añadir que “solamente estaba acompañando a su amigo para ver si su esposa le estaba siendo infiel y se ha metido en el marrón de su vida”. Para finalizar, ha pedido que se le reconozca la atenuante por consumo de alcohol durante la noche de los hechos que afectaba sus capacidades intelectivas y volitivas.