Un testigo presencial ha declarado este martes que la agresión al hombre acuchillado en Villava se produjo cuando la víctima, Alfredo Ogando Uceta Gualey, se encontraba sentado en el asiento del copiloto del coche aparcado en las inmediaciones del Hotel Villava, una declaración que contradice la versión ofrecida por el autor material del crimen, que mantuvo el lunes que toda la agresión fue en el exterior del vehículo después de ser atacado previamente por el fallecido.

Según ha explicado este testigo, empleado del Hotel Villava, explicó que llegó a trabajar a las 6.40 horas y vio “un coche con las luces encendidas aparcado”. “Estacioné a unos 50 metros, salí del coche y escuché unos gritos. Entonces vi un coche con la puerta del copiloto abierta junto al anterior y una pelea de un señor que está de pie fuera y otro sentado en el vehículo forcejeando, intentando defenderse de los puñetazos”.

El testigo, que ha precisado que los gritos que escuchó inicialmente eran de una mujer y que le pareció entender que decía “mátalo, mátalo”, ha añadido que también escuchó gritar “te voy a matar, te mato” a uno de los varones que estaban peleando.

Tras admitir que no vio ninguna arma blanca, se introdujo en el hotel para llamar a la Policía Municipal de Villava.

“Mira mi chico”

Otra trabajadora del hotel ha declarado que, poco antes de terminar su turno de trabajo, “una chica iba a entrar y preguntó si tenía habitación para dos personas”, en referencia a la acusada, Diana Sugeid Santana Mateo.

“Le di las tarifas y le dije que necesitaba los documentos”. Al poco, ha añadido, “llegó mi compañero de trabajo diciendo que había una pelea y que iba a llamar a la Policía”.

La testigo ha indicado que “cuando salí me encontré a la chica llorando y me dijo que llamásemos a la Policía. Entonces me dijo que fuese a ver su chico y me llevó al coche. Encontramos al chico muerto en el asiento del copiloto de un coche blanco. Tenía puñaladas atroces y estaba muy ensangrentado. Inmediatamente vino la Policía”.

Los investigadores creen que la mujer acusada presenció el crimen y lo calló

El instructor y secretario de la investigación del crimen de Villava, miembros del Grupo de Delitos contra las Personas de la Policía Foral, afirmaron ayer que la acusada, Diana Sugeid Santana Mateo, presenció el acuchillamiento de Alfredo Ogando Uceta Gualey, ya que las cámaras de vigilancia del Hotel Villava la sitúan en una posición cercana a los hechos e, incluso, interactuando con los otros dos acusados, su marido Yaronknys Miguel Jiménez Pérez y el amigo de este, Emmanuel Florentino Alcántara. En este sentido, creen que la mujer no dijo la verdad al sostener que no había visto a su esposo agrediendo a la víctima y tampoco dio información sobre la identidad del otro acusado, al que conocía, y únicamente se refirió como un hombre delgado y alto, de tez morena y dominicano.

La acusada, que se enfrenta a 21 meses de cárcel por un delito de encubrimiento en relación con Emmanuel Florentino Alcántara –no así en relación con su marido, ya que el encubrimiento no es posible entre cónyuges–, sí manifestó unas dos horas después de los hechos a los propios policías forales de que sospechaba que el autor del crimen podía ser su marido, a pesar de sostener en todo momento que no lo había visto. Al respecto, los policías forales señalaron que les comentó que era “una persona que la había maltratado y que tenía diferencias con Alfredo” por las relaciones extramatrimoniales que existieron entre las dos parejas.

Los responsables de la investigación también pusieron de relieve que el interior del coche en el que supuestamente ocurrió el acuchillamiento estaba lleno de sangre, incluso la puerta del conductor. “He visto muchos cadáveres y nunca había visto a una persona tan destrozada”, dijo el instructor, que destacó que la víctima presentaba heridas en la cara y el cuello, principalmente. 

PRIMEROS POLICÍAS EN EL LUGAR Los primeros policías que acudieron a la llamada del hotel por la pelea ocurrida en el exterior, dos agentes de la Policía Municipal de Villava, declararon ayer que al llegar a los pocos segundos del crimen, encontraron a “dos mujeres abrazándose, la recepcionista y otra, en estado de nerviosismo, gritando que “lo han matado, lo han matado”, mientras nos señalaban un coche blanco aparcado”.

Al acercarse al vehículo, los agentes confirmaron que “en el interior, sentado en el asiento del copiloto y con el cinturón de seguridad abrochado, había una hombre ensangrentado aparentemente fallecido”. Los policías intentaron hablar con la acusada, pero “su estado era de mucho nervio, histérica. Dijo que vio un coche blanco irse del polígono, pero no dijo nada sobre los autores”.

“En broma, le dije que iba a tener problemas por ir con esa chica”

Un conocido de Alfredo Ogando Uceta, que trabajaba como pinchadiscos en la discoteca Dalí en la noche del crimen, aseguró ayer en el juicio que al terminar su trabajo coincidió con él, pocos minutos antes del acuchillamiento, y al verle con la acusada le comentó “en plan de broma, que iba a tener problemas porque andaba con esa chica, porque era la esposa de Yaronknys”. Ante este comentario, la víctima del crimen le respondió que “iba a ser su nueva mujer”.

Otro testigo, amigo del hombre acuchillado, explicó que se encontraba en la misma discoteca con su familia cuando “llegó Alfredo y la chica. Se sentaron en nuestra mesa y yo le pregunté a Diana: ¿Y tu esposo qué? No, no yo no tengo ya esposo, me dijo”. Al cerrar la sala, dijo que se abrazó a su amigo y “le dije que yo le llevaba en mi coche y ella vino y dijo que se queda con ella, que se iban al hotel”.

“Si tienes algo pensado, no lo hagas, piensa en tus tres hijas”

Un tío del principal acusado por el crimen de Villava reconoció ayer que le dijo a su sobrino, Yaronknys Miguel Jiménez Pérez, que “no pensase en las especulaciones de la relación que tenían Alfredo y Diana” y “que si tenía pensado algo, no lo hiciera, que pensase en sus tres hijas”. 

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En este sentido admitió que había “rumores” en la comunidad dominicana de Pamplona de que la también acusada Diana Sugeid Santana Mateo mantenía una relación extramatrimonial con Alfredo Ogando Uceta.

Este testigo explicó que en la noche de los hechos coincidió en San Juan con su sobrino y el también encausado Emmanuel Florentino Alcántara, así como con la víctima del crimen en el bar Praga, horas antes del acuchillamiento. “Alfredo me dijo que él no quería problemas, pero si le buscaban pelea, se defendería”.