PAMPLONA. A preguntas del fiscal, el procesado, K.S.G., ha negado que cogiera una botella de champán del suelo y la lanzara. "En ningún momento", ha sostenido durante la primera sesión del juicio que ha dado comienzo sobre las 10.30 horas de este lunes en la Audiencia de Navarra por los altercados producidos minutos antes del chupinazo de los Sanfermines de 2010.

Además de K.S., a quien se le acusa de un delito de lesiones, de otro de atentado contra la autoridad y de otro de desórdenes públicos, han declarado los otros 12 acusados por estos hechos, a quienes se les juzga por los delitos de atentado contra la autoridad y de desórdenes públicos y que también han negado los hechos por los que se les acusa.

En su declaración, K.S.G. ha señalado que cuando llegó a la plaza del Ayuntamiento los agentes ya se estaban retirando y que no llegó a entrar del todo en la plaza. Según ha sostenido, él se mantuvo "al margen" de los forcejeos entre policía y distintas personas.

K.S.G., a preguntas de la fiscal, ha relatado que el día de los hechos llegó al chupinazo "un poco apurado" de tiempo y que no accedió "del todo" a la plaza Consistorial. "Cuando llegué vi forcejeos y que los agentes se retiraban", ha insistido el procesado que, además, ha asegurado que "no" resultó herido. "Vi gente sangrando, pero yo me mantuve al margen", ha apuntado.

Cuestionado por si vio lanzamiento de objetos, ha respondido que vio "algo", pero que "fue muy rápido". "Me intenté salvar para que no me cayera a mí", ha concluido.

LA MAYORÍA NIEGA CONOCERSE ENTRE ELLOS En la primera sesión de la vista oral del juicio también han declarado los otros 12 procesados. Sólo uno de ellos, B.D.U., ha negado estar en la plaza del Ayuntamiento cuando ocurrieron los hechos y la mayoría de ellos ha asegurado no conocer al resto de procesados.

Asimismo, la mayoría de ellos, que ha señalado que se encontraban en la parte de la plaza más próxima a la calle Calceteros, han asegurado que no vieron en el momento de los altercados lanzamientos de objetos o botellas, salvo U.R.E., quien ha afirmado que sí vio "cómo caían" botellas. "Una me impactó a mí y sufrí lesiones", ha destacado.

Por otra parte, también casi todos los acusados han confirmado, a preguntas de las partes, que vieron cómo un bulto de tela cayó desde un piso y que, por los colores, podría ser una ikurriña que tras caer al suelo fue cogida por otras personas. Así, ninguno de los procesados ha afirmado que cogiera la bandera para introducirla en la plaza, que fue lo que provocó la entrada de la Policía Municipal.

Los acusados también han sido cuestionados por la acción de los agentes de la Policía Municipal al entrar a la plaza del Ayuntamiento. La mayoría han coincidido en señalar que entraron "dando golpes para abrirse paso" entre la gente.

Varios de los procesados han asegurado que además de los agentes de Policía Municipal uniformados, que iban "con porras", había agentes no uniformados que llevaban "barras de hierro extensibles". Asimismo, algunos han asegurado que recibieron golpes de los agentes pero que ellos no agredieron a los policías y, en concreto, el acusado I.S.I. ha dicho que le dieron "una cantidad de golpes bestial".

Con la declaración de los acusados ha finalizado la primera sesión del juicio, que se retomará este miércoles, 20 de noviembre, a las 10 horas, con la intervención del joven madrileño que resultó herido y con la de los testigos.

PETICIONES DE PENA Por estos hechos, el fiscal solicita 3 años de prisión por un delito de lesiones para uno de los trece procesados. Asimismo, tanto para este procesado como para los otros doce, el Ministerio Público reclama 15 meses de prisión por un delito de atentado a agente de la autoridad y un año de prisión por un delito de desórdenes públicos.

La defensa por su parte pide la libre absolución, mientras que la acusación particular solicita para uno de los trece procesados, la pena de 6 años de prisión por un delito de lesiones y una indemnización de 340.010,17 euros. También, para cada uno de los acusados, la pena de 5 años de prisión por un delito de desórdenes públicos, 6 años de prisión por el delito de atentado contra la autoridad y 6 meses de multa por falta de lesiones.

Según relata el Ministerio Fiscal, una botella de champán arrojada por uno de los acusados impactó en la cabeza de un joven que participaba en la fiesta en la calle Calceteros.