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Luto universal por Mandela

'Madiba' el mítico expresidente de Sudáfrica, vencedor del racismo, padre de la libertad e icono de la lucha contra el 'apartheid', ha fallecido este jueves a los 95 años de edad tras un largo ocasoLíder contra el 'apartheid', símbolo de la liberación de ÁfricaEl héroe infatigable que cambió la Historia

Luto universal por MandelaEFE

pamplona. El país recibió la pérdida de Mandela con tristeza y pesadumbre, pero también como una oportunidad de celebrar su colosal legado.

Ese "duelo festivo" puede palparse en el antiguo gueto negro de Soweto, del que fue vecino el expresidente sudafricano, o en la casa del barrio acomodado de Houghton, también en Johannesburgo, en la que murió a los 95 años antes de la medianoche de ayer jueves.

El contraste entre estas dos zonas del gran Johannesburgo perfila la trayectoria de Mandela, que llegó pobre y sin apoyos a la gran ciudad y ha muerto en uno de sus mejores barrios, venerado por Sudáfrica y el mundo entero.

Pero da una idea de su figura el ambiente común de celebración de su legado con que se ha vivido su muerte en escenarios tan dispares como los antiguos guetos de Soweto y Alexandra y los lujosos suburbios de Sandton y Houghton, ambos en Johannesburgo.

"Este debe ser un momento para unirnos como país, como consiguió que hiciéramos Mandela", señaló a EFE en Soweto Andy Coetzee, afrikáner (población descendiente de los colonos centroeuropeos), activista cultural y empresario del ocio que opera en Soweto.

Coetzee no esconde su ilusión ante lo que considera "una oportunidad para volver a acercarnos", y se pone "el primero" a disposición del empeño que en su día consiguió Mandela.

"Uniendo de nuevo a la nación", decía una colorida pancarta situada hoy en una valla de Oxford Road, cerca de la residencia de Madiba -como se conoce al expresidente en su país- en Houghton.

Frente a la casa de Mandela en Houghton, como en la plaza del centro comercial del barrio de Sandton que lleva su nombre, las flores y los mensajes de reconocimiento despiden con honores a la que quizá sea la figura histórica contemporánea más unánimemente admirada.

Convertido en un hospital hasta el momento de su muerte, su domicilio vivió hoy una peregrinación masiva de sudafricanos de todas las razas, que cantaron el himno nacional y expresaron duelo y aprecio en una armonía que difícilmente se habría logrado sin la personalidad de Madiba.

Mientras, las emotivas escenas de recuerdo se repetían en la calle de Vilakazi, en Soweto, frente a la que fue durante más de 15 años la casa de Mandela.

Cientos de miembros y simpatizantes del gubernamental Congreso Nacional Africano (CNA), que un día lideró Madiba, cantaban y bailaban recordándole al ritmo de canciones de la lucha contra el régimen racista del "apartheid" en lenguas africanas.

Los preparativos para el funeral también comienzan. El presidente del Sudáfrica, Jacob Zuma, anunció que el funeral de Estado se celebrará el domingo, 15 de diciembre, en la localidad de Qunu (sureste), donde Mandela creció y ha pedido ser enterrado.

Quedan para ese momento nueve días de luto oficial, en los que las banderas ondean a media asta en todo el territorio nacional.

Según informó Zuma, los sudafricanos podrán dar la última despedida al que muchos consideran el padre de la patria entre el 11 y el 13 de diciembre, cuando sus restos descansarán en el edificio Union Buildings de Pretoria, sede del Gobierno nacional.

La gran despedida popular será sin embargo el 10 de diciembre, ante las 90.000 localidades del FNB Stadium de Soweto, donde tendrá lugar la misa oficial por el alma de Madiba.

En el mismo FNB Stadium se produjo, el 11 de julio de 2010, la última aparición pública de Mandela, en la ceremonia de clausura del Mundial de Fútbol de 2010, cuya final se disputó en ese recinto, con triunfo de España.

Allí también dio un discurso histórico el 16 de diciembre de 1990 un recién liberado Nelson Mandela, tras pasar 27 años en las cárceles del "apartheid" y cuatro años antes de convertirse en el primer presidente negro de Sudáfrica.

MUERTE "EN PAZ" El expresidente de Sudáfrica Nelson Mandela, de 95 años, falleció anoche en su vivienda de Johannesburgo, según anunció el actual mandatario, Jacob Zuma, en un discurso a la nación en el que lamentó la pérdida y recordó la figura de Madiba, el abuelo, primer presidente negro de Sudáfrica y el hombre clave contra el apartheid. "Nuestro país ha perdido a su mejor hijo", dijo Zuma, que confirmó que las banderas ondearán a media asta en homenaje al líder contra la discriminación racial. El Gobierno organizará un funeral de Estado.

El actual presidente explicó que Madibamurió "en paz" e instó a la población a permanecer unida en el recuerdo del premio Nobel de la Paz, considerado un símbolo para el país. "Descansa en paz, Dios bendiga África", proclamó. Zuma añadió que Mandela se fue en paz en su casa de Johannesburgo, en compañía de su familia. La muerte produjo a las 22.30 hora española, después de cinco hospitalizaciones y tras una larga convalecencia por una infección pulmonar. "Nuestra nación ha perdido a su padre. Nelson Mandela nos unió y juntos nos despedimos de él", recordó Zuma en un mensaje televisado. De hecho, aunque la noticia no cogió a nadie por sorpresa, causó conmoción en un país acostumbrado los últimos meses a escuchar rumores sobre su muerte. Mandela fue internado en el hospital de Pretoria el 8 de junio con una grave pulmonía, donde fue tratado durante casi tres meses. Desde principios de septiembre estaba de nuevo en su casa, cuidado por 22 médicos.

Durante toda la tarde no pararon de correr rumores sobre que esta vez Mandela había muerto. Familiares y miembros del Gobierno se acercaron hasta la mansión en el barrio de Houghton, lo que dio la pista a los periodistas apostados desde hace meses allí a la espera de que la noticia fuera oficial. "Aunque sabíamos que la noticia era esperada, nadie puede aplacar nuestra pena", admitió el presidente.

Su muerte coincidió con el estreno de la película Mandela: Del mito al hombre, que se apoya en la "historia de amor" de Nelson Mandela con su país y con su controvertida esposa Winnie. El filme narra la extraordinaria trayectoria del Premio Nobel de la Paz y recuerda su largo y tortuoso camino hacia la libertad enfatizando el lado más humano e imperfecto de Mandela, aunque ayer este perfil quedó ocultó por el recuerdo de sus 27 años en la cárcel, de donde salió en 1990, a punto de cumplir los 68 años para reconciliar a un país que durante décadas había vivido dividido, consagrando la segregación racial, siempre dando privilegios y derechos a blancos y ahogando a la inmensa mayoría negra (cerca del 80% del censo), mestizos e indios. Esta era la Sudáfrica del apartheid que a finales de los 50 y principios de los 60 juzgó y condenó a Mandela junto a un centenar más de activistas pues el ANC, el gran partido negro, abogó en su batalla contra el régimen supremacista blanco por la lucha armada.

La presión internacional hizo insostenible al Gobierno de Pretoria mantener la segregación. Cuando en 1990 el último presidente del apartheid, Frederik Klerk, lo liberó después de intensas negociaciones para consensuar una transición pacífica, Mandela habló de "perdón" y "reconciliación" despejando así los temores que en algunos sectores de los dominantes blancos había suscitado el posible fin de la segregación racial. Pese a la edad, se sintió con fuerzas para cuatro años después ganar primeras elecciones democráticas y con sufragio universal (hasta entonces solo votaba la minoría blanca e india). En sus cinco años de mandato, Sudáfrica evita caer en la violencia que muchos auguraban y Madiba se erige en icono mundial.

LUTO UNIVERSAL Gobiernos, casas reales e instituciones de todo el mundo han mostrado sus condolencias por la muerte de Nelson Mandela y han destacado su lucha pacífica contra el apartheid, especialmente en África, donde muchas personalidades expresaron su orgullo por el considerado "patriarca" de Sudáfrica.

Entre los principales dirigentes mundiales el presidente estadounidense, Barack Obama, el mandatario chino, Xi Jinping, o el gobernante ruso, Vladímir Putin, mostraron sus condolencias al igual que hizo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para quien Mandela es ejemplo por su "determinación" y "compromiso".

En Europa, los presidentes de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y del Consejo, Herman Van Rompuy, expresaron su pesar por "la muerte de una de las más grandes figuras políticas de nuestro tiempo", que representó "la lucha contra el racismo".

En España, los Reyes y los Príncipes de Asturias enviaron telegramas de condolencias a Zuma en los que expresan su "tristeza y consternación" por el fallecimiento de un "amigo cercano" y una "figura clave de la Historia".

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, le recordó como ejemplo de lucha por la igualdad y elogió su "ejemplo" en su cuenta de Twitter desde la que se despidió con un "Hasta siempre, Madiba".

El actual presidente, Jacob Zuma, comunicó anoche en una alocución al país la muerte de Mandela y proclamó que: "Ha muerto en paz, nuestra nación ha perdido al más grande de sus hijos y a un padre".

Otro luchador por la paz de su país, el arzobispo emérito de Ciudad del Cabo, Desmond Tutu, galardonado como él con el Nobel de la Paz, dio las gracias a la familia por compartir al "patriarca" de Sudáfrica con su país y el resto del mundo.

"El dolor que sentimos es similar al de perder a un pariente cercano", afirmó.

Por su parte, su sucesor en la presidencia, Thabo Mbeki, consideró que esa muerte "marca el final de una era histórica" y es "una pérdida personal porque durante muchas décadas fue nuestro guía y el de nuestros padres".

El último presidente del régimen racista sudafricano, Frederick De Klerk, al que Mandela sucedió, reconoció que fue un "honor" trabajar con él, pues "aunque éramos adversarios políticos y nuestra relación fue a menudo turbulenta, siempre fuimos capaces de unirnos en momentos cruciales para resolver muchas crisis que surgieron".

La presidenta de la Comisión de la Unión Africana (UA), Nkosazana Dlamini Zuma, aseguró que "África está desolada" con la pérdida de un "héroe panafricano".

Dlamini Zuma, en nombre de la Unión Africana, del resto del continente y en el suyo propio, expresó en un comunicado su pena por el fallecimiento de quien considera "un icono panafricano".

Madiba, nombre del clan de Mandela por el que se le conoce cariñosamente en Sudáfrica, "simboliza el espíritu del panafricanismo y la solidaridad en la lucha de la humanidad contra el 'apartheid', la opresión y el colonialismo", dijo Dlamini Zuma.

Para el presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, Madiba fue "uno de los grandes hijos de África" y su muerte "creará un vacío enorme que será difícil de llenar en nuestro continente".

El presidente de Senegal, Macky Sall, le rindió homenaje al calificarle como "un héroe, un gigante que reveló lo mejor del ser humano".

"Acabamos de perder a un gigante, una de las mayores figuras de la África contemporánea. Ningún hombre de nuestro tiempo ha dado tanto para la causa de su pueblo, por el bien de la humanidad entera", dijo Sall en un comunicado.

Su homólogo de Ghana, John Dramani Mahama, y el expresidente de este país del oeste africano Jerry Rawlings coincidieron en lamentar la muerte de "un hombre de paz".

Mahama y Rawlings, en sendos comunicados, le describieron como un hombre "único que utilizó la paz como un vehículo para la reconciliación".

El presidente de Gabón, Ali Bongo, dijo que "África y Sudáfrica han perdido un icono, un sabio, un visionario, un apóstol de la lucha contra el 'apartheid' y de la reconciliación" y el de Kenia, Uhuru Kenyatta, señaló que es la pérdida del "más querido de los hijos de África".

La Presidencia egipcia en un comunicado afirmó que será siempre recordado "como una fuente de inspiración para los pueblos y un modelo de sacrificio" y el rey Mohamed VI de Marruecos le definió como un "heraldo de la paz".

En la India, el primer ministro, Manmohan Singh, le aupo como un "verdadero gandhiano" al tiempo que destacó su figura como fuente de "inspiración eterna para las generaciones futuras".

El primer ministro nipón, Shinzo Abe, calificó al exmandatario sudafricano como un "gran líder" mientras que el de Australia, Tony Abbott, le incluyó entre las grandes figuras de África y del siglo XX.

La presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, le recordó como un "gran hombre de Estado" que consiguió acabar con el régimen de "apartheid" de forma pacífica.